El exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas confirmó este 13 de noviembre que mantiene la huelga de hambre iniciada hace 24 días en protesta por su traslado de la Cárcel 4 de Quito al centro de máxima seguridad de Latacunga.
Así lo ratificó el exvicemandatario en un mensaje que escribió desde el centro penitenciario adonde fue transferido como medida por la fuga del exsecretario de Comunicación Fernando Alvarado, quien se deshizo de un grillete eletrónico y abandonó el país mientras enfrentaba un proceso legal.
‘Sigo en huelga de hambre’, aseguró Glas en la misiva difundida en las redes sociales, en la que agradece las múltiples muestras de apoyo recibidas.
Al respecto sentenció: ‘En estas circunstancias tan duras he conocido la solidaridad infinita’.
En su nota, describió como ‘triste’ el papel del Hospital Carlos Andrade Marín, a donde fue trasladado a los 21 días de la huelga por una descompensación, para recibir alimentación intravenosa.
Según señaló, los médicos de la instalación de salud le dieron el alta ‘por órdenes superiores’.
Glas cumple prisión desde octubre de 2017, cuando se dispuso en su contra prisión preventiva al ser vinculado a actos de corrupción cometidos en Ecuador por la constructora brasileña Odebrecht.
En diciembre de 2017, la Corte Nacional de Justicia lo condenó a seis años de prisión por el delito de asociación ilícita, que según sus representantes legales no ha podido probarse.
La defensa del exvicepresidente sostiene que el proceso en su contra, el cual no ha concluido, está plagado de irregularidades e inconsistencias y es ilegítimo.
Sin sentencia en firme, pues aún está pendiente el recurso de casación, el caso de Glas es considerado por expertos locales y extranjeros como una muestra del regreso de la judicialización de la política a este territorio andino.
Por su parte, el exvicejefe de Estado insiste en que es inocente del cargo imputado, y asegura ser víctima de una persecución política desatada por el ejecutivo liderado por Lenín Moreno contra exfuncionarios del gobierno de Rafael Correa.
Su situación ha trascendido las fronteras nacionales para convertirse en caso de análisis internacional y en motivo de demandas por falta de institucionalidad en Ecuador.
Los pedidos a favor de Glas crecen dentro del país y en naciones como España, Reino Unido, Italia y Estados Unidos, desde donde comunidades de ecuatorianos claman por su liberación.
Asimismo, en sus demandas, quienes lo respaldan exigen trasladarlo de vuelta a la Cárcel 4 de Quito, mientras se completa el juicio, pues sufre de enfermedades como hipertensión, gastritis y espondilitis anquilosante (considerada catastrófica) y necesita de tratamiento médico.
En una carta anterior, escrita tras ser trasladado de prisión, quien fue segundo mandatario del país alertó que su vida corre peligro.
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