La mayoría casi absoluta de los espirituanos que ha solicitado un solar yermo o parcela para construir sus viviendas se han quedado con la carabina al hombro.
Hace más de tres años y medio, en estas mismas páginas, caí en las redes de un entusiasmo periodístico algo excesivo al informar acerca de la posibilidad que se abría, para los urgidos de vivienda, de solicitar parcelas o solares yermos de propiedad estatal en concepto de derecho perpetuo de superficie, variante que hasta esa fecha solo se concedía a entes jurídicos.
En Periodismo, el seguimiento noticioso es ley, aunque en la práctica no se verifique en ocasiones. En fin, toqué de nuevo las puertas de la Dirección Provincial de Planificación Física (DPPF), en cuyos archivos consta que del 2015 a la fecha se han resuelto 255 casos, de 4 730 —apenas el 5.4 por ciento—, concentrados, en lo fundamental, en los municipios de Sancti Spíritus y Trinidad.
La lista de espera ha engordado por año, no debido a dilaciones oficinescas; sino a la carencia de áreas urbanizadas donde levantar las moradas, aclara Ciro Rodríguez Rodríguez, subdirector de la DPPF.
Agobiados por la falta de una vivienda, los solicitantes no siempre comprenden esta razón, objetiva realmente. Urbanización se traduce, sin muchos miramientos técnicos, en que la zona disponga de servicios imprescindibles como los de acueducto, alcantarillado y de electricidad, calles, aceras…
En la ciudad de Sancti Spíritus existen espejos donde no mirarse, si de respeto a esa premisa hablamos. Nadie sabe cuántos dolores de cabeza, tanto para sus habitantes como para las autoridades, ha implicado el ejemplo del llamado Camino de La Habana, donde se plantaron casas sin regirse por principios urbanísticos esenciales.
Por similares cauces anduvo la ejecución de estos inmuebles frente a la Escuela Provincial del Partido Felipe Torres Trujillo, donde faltó la urbanización previa y las viviendas fueron “sembradas” prácticamente a ojo de buen cubero; criticable si sucede en cualquier lugar, más aún en ese, por su ubicación en una de las entradas principales de la ciudad.
Esta anarquía se estrelló contra el Decreto-Ley No. 322 —modificativo de varios artículos de la Ley General de la Vivienda—, que pone en letra viva las funciones específicas del Instituto de Planificación Física en cuanto a la aplicación de esta legislación.
Como tal, la mencionada norma jurídica, aprobada en el 2014, consigna que la Dirección Municipal de Planificación Física, en los casos aprobados por el Consejo de la Administración Municipal y de acuerdo con las prioridades que el Estado establezca, podrá entregar solares yermos de propiedad estatal.
Es razonable que, ante la elevada demanda, el mencionado instituto colocara en blanco y negro esas causales y prioridades: haber sido afectado por desastres, persona necesitada de erradicar condiciones de precariedad, casos sociales y albergados, por interés económico-social, así como los ubicados en zonas de riesgo (peligros sísmicos, de desastres naturales…).
A pesar de la no disponibilidad de urbanizaciones, pie forzado para la entrega de solares, al menos se cuenta con el levantamiento de las posibles áreas donde construir, ascendentes a 83, que suman un potencial para erigir más de 22 700 inmuebles de este tipo.
El Estado sabe al dedillo las dimensiones de la problemática de la vivienda; aunque ha solido brindar más seguimiento e impulso a la terminación de casas —planes bajísimos en relación con etapas anteriores— que a las urbanizaciones, tradicionalmente insertadas en el programa inversionista anual de la Dirección Provincial de la Vivienda (DPV).
Una luz algo tenue, pero luz al fin, se ve en el horizonte con el denominado completamiento dentro de las ciudades —en palabras de los especialistas—, que en la práctica significa levantar viviendas y edificios en lugares ocupados por aserríos, carpinterías, tejares…, previstos a reubicar; sitios ya con urbanizaciones y necesitados, en determinados casos, de movimiento de tierra; pero no de tanta envergadura.
A la vista, el ejemplo del área del aserrío del reparto Garaita, destinada a edificios, y del tejar Camilo Cienfuegos, de Colón, actualmente en fase de proyectos, indicó a Escambray Daily Gómez, especialista principal de Inversiones en la DPV.
La estrategia del completamiento se justifica per se y le levantaría un muro, a corto y mediano plazos, al crecimiento de las ciudades hacia la periferia, con un impacto no precisamente alentador. Que cada organismo haga lo que le corresponda, que los financiamientos aprobados sean ejecutados. o queda otra opción. Ese actuar podría aliviar la entrega con cuentagotas de los solares, como ha sucedido hasta este segundo en la provincia.
Detenido en el tiempo, así esta nuestro país, de tanta lógica y matemática ha faltado la idea de que las ciudades deban progresar y expandirse, el desarrollo es innegable para el bienestar del ser humano, no considerar estos aspectos atenta contra todo, sea crecimiento de la natalidad como bienestar para un grupo de ciudadanos que buscan edificar su propia vivienda, priorizar obras como el turismo es importante para el desarrollo del país, pero lo es también cumplir con las necesidades de un pueblo.