Desde que la anuncian por los altoparlantes el público se pone de pie en el graderío y los aplausos se escuchan, mucho antes de que la pequeña, de solo ocho años, comience la carrera entre barriles. Unos le gritan frases de aliento, otros vitorean su nombre para animarla durante los segundos que dura el recorrido, pero lo cierto es que María Carla Santana Cruz se roba el show, siempre que sale a la pista de rodeo, en la Feria de Rancho Boyeros.
Sobre su yegua mestiza, a la que cariñosamente llama Rubia, anda segura, como si fuera un juguete entre sus manos, toda vestida de vaquera, de la cabeza a los pies, con sombrero y botas mexicanas; así se presenta cada vez que actúa en los diferentes espectáculos a los que asiste, dentro o fuera de la provincia.
A Boyeros llegó por vez primera en el 2017, invitada por Anadelio González, presidente de la Confederación Iberoamericana de Rodeo y Coleo y de la Sociedad Cubana de Vaqueros del Rodeo, quien vio su desempeño en la pista de Sancti Spíritus y ese propio año fue elegida como la Amazona Pioneril Nacional, título alcanzado solamente, en 1977, por Saily Pérez Rizo, y que por varias décadas permaneció inactivo en la isla.
Pero María Carla es mucho más que la niña que vuela junto a su cabalgadura y logra tiempos similares a los de las barrileras adultas: entre 20, 20.25 y 21 segundos; ella es, simplemente, un suceso, no solo por la osadía con que desarrolla los ejercicios, sino por la velocidad que le imprime al animal una vez que bordea el último barril y se dirige a cruzar la línea de sentencia, como le llaman al paso, por delante del juez que detiene el cronómetro en ese instante.
Sonriente, avispada, diminuta, ágil, altiva y pendiente de las recomendaciones de Yoelvis, su papá que la acompaña siempre, le apareja la yegua y le aprieta bien las cinchas antes de darle la rienda y sugerirle que tenga cuidado; o de Elisarda, su mamá, que desde un extremo de la pista la observa y siente que el corazón le estalla cada vez que sale a competir.
Alumna de la escuela primaria Remigio Díaz Quintanilla, la pequeña tiene otra historia vinculada a estas lides, pues según sus padres, con solo cuatro años la llevaron por primera vez a la Feria Delio Luna Echemendía, para incluirla, por recomendación médica, al programa de Equinoterapia.
“Se le estaba cayendo el pelo —dice la madre— y nos orientaron que la inscribiéramos para los ejercicios de terapia especial a caballo, poco después, por petición de la propia niña, le compramos la yegua que la acompaña todavía y la incorporamos al proyecto que desarrollaba la Asociación Cubana de Producción Animal en la provincia con hijos de ganaderos, fue entonces que comenzó como barrilera”.
Las gradas de Rancho Boyeros se animan nuevamente, en la última competencia de rodeo para definir el campeón nacional del 2018, María Carla sale sin miedos; una pista polvorienta la espera por delante, los gritos de los espectadores y la voz del locutor que irrumpe en el espacio, la acompañan en la carrera.
Sobre Rubia corre sin miedos y muy segura, así hace todo el trayecto el tiempo bajó aún más: 19.35 segundos, el público de pie que no deja de aplaudir y reconocer esta actuación. Poco después un nuevo anuncio ratifica su valía: Atención señores, María Carla Santana formará parte del equipo Cuba que competirá, en esta propia Feria Internacional, junto a vaqueros que integran el ranking nacional, los que se enfrentarán a atletas de Estados Unidos, Costa Rica, México y Guatemala. ¿Qué mejor regalo para Sancti Spíritus que, además de alcanzar el título de campeón por sexta ocasión desde 2005, tiene asegurado el relevo?
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