Un nombre muy recordado por los pinareños, debido a las intensas lluvias que ocasionó en ese territorio en junio de 1982, encabeza nuevamente la lista de los ciclones tropicales para la temporada del 2018: Alberto.
La causa de la repetición obedece a que en nuestra área geográfica –compuesta por el Atlántico norte, el Golfo de México y el mar Caribe– el Comité de Huracanes de la IV Región de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), a la que Cuba pertenece, utiliza una lista alternativa de 21 nombres femeninos y masculinos previamente confeccionada en los idiomas inglés, español y francés, la cual se retoma cada seis años.
Fue en 1953 que dichos sistemas tropicales comenzaron a ser denominados con el propósito de favorecer el trabajo operativo en su seguimiento y poder identificarlos de manera separada. Al principio solo recibieron apelativos femeninos, hasta que en 1979 fueron añadidos por primera vez los masculinos. No son empleadas las letras Q, V, X y Y.
De haber una temporada sumamente activa y acabarse la lista prevista, se acude al alfabeto griego como ocurrió en el 2005, cuando hubo la cifra récord de 28 ciclones tropicales, de ellos 15 huracanes.
Vale precisar que a propuesta de los países afectados son retirados definitivamente los nombres de aquellos causantes de grandes pérdidas materiales y de vidas humanas. Así sucedió por ejemplo con los casos de Flora, Andrew, Mitch y Katrina.
Según precisó a Granma el doctor José Rubiera, vicepresidente del Comité de Huracanes de la IV Región de la OMM, en la más reciente reunión de esa entidad efectuada del 9 al 13 de abril en la isla de Martinica, y donde Cuba estuvo representada también por la doctora Miriam Teresita Llanes, jefa del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, se acordó quitar por las razones mencionadas los de Harvey, Irma, María y Nate. Los sustitutos son Harold, Idalia, Margot y Nigel, pero no serán empleados hasta la temporada del 2023, cuando corresponda usar de nuevo la lista del 2017.
Rubiera dijo, igualmente, que los especialistas participantes en la cita pasaron revista a lo acontecido durante la pasada temporada ciclónica y valoraron introducir, de cara al futuro y con carácter oficial, avisos de posible surgimiento de sistemas tropicales a partir de la existencia de condiciones favorables en determinada zona, y la extensión de pronósticos experimentales a plazos superiores a los cinco días, aun cuando el margen de error es elevado en ese tipo de predicción.
Más allá del ya citado Alberto, la lista de nombres del 2018 la completan Beryl, Chris, Debby, Ernesto, Florence, Gordon, Helene, Isacc, Joyce, Kirk, Leslie, Michael, Nadine, Oscar, Patty, Rafael, Sara, Tony, Valerie y William.
Es oportuno recordar que durante la época de la colonia y en el transcurso de la primera mitad del siglo XX, los ciclones en Cuba solían ser llamados por la denominación del santo cuya festividad coincidiera con el día del azote del meteoro, el lugar donde pasaran o por ocasionar algún hecho célebre.
Así quedaron recogidos para la historia la Tormenta de San Francisco de Borja (octubre de 1846), que registró el valor más bajo de presión atmosférica documentado en nuestro país hasta el presente, con 916 hectopascal; el huracán de Santa Cruz del Sur del 9 de noviembre de 1932, causante del mayor desastre natural conocido en Cuba, al provocar la muerte de alrededor de 3 000 personas; y el huracán del Valbanera, de septiembre de 1919, que ocasionó el hundimiento del barco de igual nombre en aguas del Estrecho de la Florida, con más de 400 personas a bordo.
PRECISIONES
En nuestra área geográfica la temporada ciclónica se extiende del 1ro. de junio al 30 de noviembre.
Atendiendo a la velocidad máxima del viento promediada en un minuto, los ciclones tropicales se clasifican en depresión tropical (vientos inferiores a 63 kilómetros por hora), tormenta tropical de 63 a 118 km/h, y huracanes, cuando igualan o superan los 119 km/h. Reciben nombre una vez alcanzada la fase de tormenta tropical.
Pese a no figurar dentro de la temporada ciclónica, en el mes de mayo han pasado por Cuba algunos ciclones tropicales, entre ellos el Alma, que lo hizo sobre la porción occidental de Pinar del Río el día 23 de 1970, y la tormenta tropical Arlene, en Camagüey, el 8 de 1981.
Durante la temporada del 2017 el azote de los ciclones tropicales en el área del Atlántico norte, el Golfo de México y el mar Caribe provocó 438 víctimas fatales, mientras los daños materiales ascendieron a la cifra récord de 282 160 millones de dólares.
EJERCICIO METEORO 2018: LA GARANTÍA DE PREVENIR
Si existe un factor estratégico para la capacidad defensiva de la nación es el sistema de medidas de defensa civil que el país implementa con rigurosidad, y que le han valido a Cuba, además del prestigio internacional, el mejor de los reconocimientos: la salvaguarda de la vida humana a toda costa.
Con el objetivo de fortalecer las capacidades para enfrentar sismos, huracanes de gran intensidad, sequías severas, así como eventos de desastres de origen sanitario, se desarrollará, los próximos días 19 y 20 de mayo, el Ejercicio Meteoro 2018.
Las jornadas, de acuerdo con el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, buscan además puntualizar las medidas previstas en cada etapa del proceso de reducción de desastres y verificar el estado de completamiento y aseguramiento de las fuerzas que se organizan a nivel territorial.
OBJETIVOS
– Entrenar a la población y trabajadores en primeros auxilios, socorrismo, rescate ligero y otras acciones.
– Capacitar a los integrantes de las comisiones de protección de la población, de los grupos de evaluación de daños y necesidades, y de las oficinas de trámites para damnificados durante situaciones de desastres.
– Comprobar el sistema de comunicaciones del país y la Red de Emergencia de la Federación de Radioaficionados de Cuba; e incrementar la divulgación sobre las normas de conducta ante situaciones de desastres.
Día 19: Preparación de los órganos de dirección y de mando en todos los niveles. Se puntualizan los planes de reducción de desastres para lograr el alistamiento y cohesión de trabajo de esas estructuras y en las zonas de defensa, bajo un supuesto peligro de amenaza o afectación al territorio.
Día 20: Actividades y acciones prácticas de preparación para enfrentar peligros de desastres y la reducción de vulnerabilidades, con la participación de las entidades, las comunidades y la población.
– Desobstrucción de fosas y alcantarillas.
– Poda de árboles.
– Eliminación de vertederos y microvertederos.
– Medidas de contingencia a aplicar en zonas bajas, proclives a inundaciones.
– Ejecutar dinámicas de protección civil en localidades vulnerables.
– Resguardar recursos.
Fuentes: Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil y Granma
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