La pasta fabricada en la industria de conserva espirituana reduce la importación de dicho producto
El procesamiento industrial del tomate enmarcado en el programa nacional de sustitución de importaciones muestra en Sancti Spiritus algunas similitudes con respecto a la campaña anterior, como es el caso del pico agrícola ubicado entre marzo y abril, pero esta vez aparece un elemento que debe marcar la diferencia: la decisión temprana de contratar la molida de una parte del producto fuera de la provincia para favorecer su aprovechamiento y evitar pérdidas.
Si bien el pasado año hubo que apelar sobre la marcha a igual medida, ahora desde la misma arrancada del proceso en febrero quedó fijado que la planta espirituana trabajara con un surtido agrícola de 5 100 toneladas de tomate para elaborar 670 toneladas de pasta; en tanto, las otras 2 500 del encargo estatal a la Agricultura se trasladarán, directamente a través de Acopio, hacia la industria Victoria de Girón, en Jagüey Grande, Matanzas, según detalló Juan Carlos Guzmán Furgel, director general de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Conservas Sancti Spíritus.
Añadió la fuente que el comienzo de la campaña estuvo retrasado por la repercusión de las lluvias en el cultivo y, luego de completarse el primer mes de trabajo, la línea de procesamiento reportaba cerca de un tercio de lo pactado, a la vez que la cosecha se extendía a más de 20 bases productivas, con los mayores volúmenes de entrega en Taguasco, Banao y Jatibonico. Este último, además de responder por la cuarta parte del compromiso de la provincia, tributa el tomate que mejor se comporta en la industria, según directivos del sector.
“Esta vez la pasta es a granel, no se produce aséptica — inocua, libre de oxígeno e impurezas—, por insuficiencias en los instrumentos. Los destinos de esa materia prima, utilizada para fabricar derivados del tomate, son la planta espirituana La Estancia y dos industrias de Ciego de Ávila”, explicó Guzmán Furgel.
Por su parte, Eliany Fleites Álvarez, al frente del área técnica en la UEB Conservas de Vegetales, perteneciente al Ministerio de la Industria Alimenticia, declaró que la capacidad de molida de la fábrica es de 100 toneladas diarias y sobresale en esta primera parte de la campaña el arribo de tomate fresco, con calidad, en correspondencia con las variedades idóneas para la pasta.
Más allá del golpe de lluvia que acompañó la época de plantación, en la zafra industrial del tomate prevalece la deuda del escalonamiento agrícola del cultivo —no es decisión del territorio subir la capacidad de la fábrica— a fin de disminuir la concentración de la cosecha e incorporar el mes de enero y parte de febrero al calendario de molida, comoquiera que esta línea es independiente a la de la cebolla y, según directivos de la planta, hay condiciones para recibir y procesar los dos surtidos desde comienzo del año.
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