“Motos sin freno”, rezaba el titular del trabajo publicado en la edición de Escambray correspondiente al pasado 1 de septiembre. Días después, la Dirección Provincial de Transporte convocó a los porteadores privados a cargo de los 24 triciclos que prestan servicio en el perímetro urbano del municipio cabecera, a fin de analizar los problemas recogidos en el texto.
Según relató a este órgano de prensa Carlos Hernández Roque, subdirector de Operaciones —en un diálogo procurado por dicha entidad—, a la cita fueron invitados además representantes de Taxis Cuba, Tránsito y el sindicato del ramo, y lo primero que salió a relucir fue la inexistencia, en la dirección referida por las autoras del reportaje, de la persona cuyo nombre rezaba en la introducción, buscada hasta con el auxilio del Carné de Identidad.
“Cuando una persona se queja ante nosotros, por teléfono, necesitamos que se identifique, para poder comprobar que es real, ir a entrevistarla y ratificar los datos. Pero después, cuando dictamos medida, no decimos quién fue quien presentó la queja; protegemos al cliente en ese sentido”, precisaba Hernández Roque.
“En concordancia con ese proceder, la Unidad Estatal de Tráfico ha obrado con efectividad y se han tomado medidas drásticas; se han retirado, incluso, licencias operativas. Por eso la gente tiene miedo ya cuando sabe que ha llegado una queja”, añadía. Y apuntaba que para dar curso a una reclamación sobre cualquier servicio se solicitan datos importantes, como una chapa específica y la hora en que sucedió el incidente.
Escambray aclaró en ese contacto bilateral, y hace constar ahora, que las autoras del trabajo obraron siguiendo el mismo principio discrecional al que aludía Hernández Roque. En el periodismo, cuando alguien solicita no hacer pública su identidad, el reportero debe respetarlo. Y eso fue lo que sucedió con la madre cuyo testimonio formó parte del escrito, para quien fueron suficientes los 200 pesos que debió reunir, contando incluso el menudo, y que el chofer exigió al devolverla al hogar con su hija enferma.
Visto a la luz de lo ocurrido, debe reconocerse que el periódico debió aclarar, en aquella propia edición, el cambio de nombre y la causa del mismo. No pocas veces los lectores, o en este caso las fuentes no oficiales, piden el anonimato en aras de evitarse luego las incomodidades propias de búsquedas, entrevistas y respuestas —cuando no reproches— que a veces no les compensan el mal momento o la afectación sufrida.
La cita con los choferes, trabajadores por cuenta propia que en muchos casos cuentan con un ayudante, logró centrarse en asuntos medulares y sirvió de oxígeno a cuestiones que importan mucho a la ciudadanía. Como primera novedad, desde el lunes 17 de septiembre, si se cumple lo expuesto por la fuente, ninguno de los vehículos debe circular sin una pegatina con el listado de precios o tarifas, información que desde el primer día debió aparecer en cuanta moto-taxi anda por ahí.
Lamentos de los implicados hallaron espacio en el intercambio y, en consecuencia, se acordó realizar determinados análisis en la Comisión Provincial de Seguridad Vial. Al ser la provincia una de las pioneras de la experiencia, en el 2014, no se establecieron rutas, cuestión que se resolvió poco a poco hasta quedar las dos actuales (del Hospital Provincial al Hospital Pediátrico y de la Unidad Militar a la Terminal de Ómnibus). Pero no ayuda a los conductores, plantean ellos, el que la Policía no autorice su entrada a las paradas en aras de dejar o recoger personal cuando viajan en las rutas. Tampoco poseen piqueras, a diferencia de los taxis de cuatro ruedas, por lo que permanecen en las mismas áreas que los porteadores privados no agenciados.
Les preocupa, además, que las personas no los aborden, un asunto relacionado, presumen ellos, con la falta de información sobre sus itinerarios. Pero a juicio de muchos el que no los prefieran es consecuencia del cobro de excesivas sumas por trayectos cortos, escudándose en la hora y aprovechándose del desconocimiento que hasta ahora hubo sobre las tarifas. Sorprende por eso que a la Dirección Provincial de Transporte nunca haya llegado una queja sobre el servicio que brindan.
Si tendrán que continuar pagando —cuando se les detecta— por salirse del perímetro urbano, o seguirán considerando injusta la relación entre las tarifas establecidas y el aporte que hacen al fisco a través de la Onat, se sabrá con el tiempo. Lo que sí no deberá suceder más es que atolondren al viajero, como suele pasar, con el relato de sus insatisfacciones; o que pretendan sacar de sus arcas lo que se les va en un servicio por ellos escogido.
En cualquier caso, el cliente podrá formular sus quejas a través del teléfono que debe aparecer en la pegatina, junto a los precios, si se hace lo dispuesto. Y si no, podrá llamar al 41324232, puesto de mando de la empresa. Si estos frenos serán o no suficientes para motos desbocadas, está por ver.
Esmuy dificil hacer un comentario q ya hemos retomado en varias ocaciones y solo tenemos como respuesta del vice Ernesto Borges de trinidad q el proximo lunes nos dice y de esto han pasado todos los lunes de casi tres años el tema la piqueta de la calle maceo q es de los boteros de casi toda la isla menos los trinitarios persons q perturban desde las 6 de la mañana el sueño de los vecinos ,malas palabras vierten ka basura en nuestrad puertas se orinan,traen consigo todas aquellas personas q se dedican a cazar viajes y q sin ningun tipo de respeto hacia la sociedad perturban la vida de los vecinos ya han atropellado dos alumnos q van a su escuela por suerte sin daños mayores, esos carros traen mosquitos cangrejos y nosotros nos tragamos el mal omor en nuestras puertas dia por dia ya no sabemos adonde elevar el reclamo de vecinos es denigrante ver el daño q se esta haciendo a nuestra ciudad y nos preguntamos QUIEN LE PONE EL CASCABEL AL GATO
Evidentemente los que dirigen el transporte no montan estos vehículos,de lo contrario como de explica que haya que esperar a que el periódico le señale sus problemas.Personalmejte me quejé aquí mismo de la ausencia de listado de precios el del abuso con estos.A veces pienso que el pedir tantos datos del que se queja es para intimidar o ponérsela difícil al quejoso y quitarse de arriba un cliente molesto.. Atiendan si la queja es cierta o no que es lo importante.olviden el mensajero y hagan el trabajo por el que les pagan y atiendan el mensaje,que el que se queja le ayuda en su trabajo que a todas luces,en lo de las motos,deja mucho que desear