Por estos días en que Sancti Spíritus, como el resto de la isla, se torna un hervidero de comentarios, enmiendas, polémicas… sobre la nueva Constitución de la República de Cuba llega al buzón de Escambray una sugerencia: que la Ley de leyes pueda ser adquirida y portada por todos.
Tal reclamo lo sostiene Germán Castillo Hernández, residente en el Consejo Popular de Perea, Yaguajay, desde donde escribe. Lo insta una inquietud compartida, quizás, con otros y es que los cubanos, por lo general, carecemos de cultura jurídica.
“Hoy más que nunca —suscribe Castillo Hernández— el pueblo necesita cultura jurídica para enfrentar la problemática actual y, además, para comprender a plenitud todo el proceso de reformas económicas, cambios estructurales, etcétera, que se llevarán a cabo en el presente y futuro de nuestra nación.
“¿Cómo la ciudadanía cubana obtendría tal cultura política y jurídica?, pues sería posible leyendo y estudiando artículo por artículo de dicha Constitución. De esa manera los ciudadanos conocerán con mucha más profundidad y agudeza sus derechos y deberes a cumplir en la cotidianidad, así como demandar a todos los violadores de la legalidad socialista”.
A juicio del lector, la solución para que no se siga desconociendo la Ley de leyes sería, luego de su definitiva aprobación, la venta regular del texto en todas las sucursales de correo.
“Se debería vender la nueva Carta Magna en formato de pequeño cuaderno o librito en todos los establecimientos, de forma permanente, para que se adquiera una prudente y necesaria cultura jurídica. Los ciudadanos deben poseer en su propiedad o bolsillo dicho documento legislativo”, apunta Germán.
UNA ABUELA AGRADECIDA
Quizás, con el susto aún a flor de piel remite su carta Moraima Esther Guevara Díaz, vecina de Maceo No. 103 altos, en la cabecera provincial, para agradecer el restablecimiento de la salud de su pequeño nieto.
“Mi nieto —John Williams Broche Rodríguez, como dice en su misiva que se nombra el niño— fue ingresado con trastornos gástricos en el Pediátrico José Martí, en la sala de Gastroenterología, el 20 de agosto de 2018. Fue atendido de inmediato por los doctores y el personal paramédico y recibió de forma rápida y con precisión los servicios, con tanto esmero y dedicación que enseguida se pudo determinar que con una dieta adecuada se podía estabilizar. Salió de alta el miércoles 22 de agosto”.
Según la abuela, no fueron las únicas motivaciones; también llamaron su atención la higiene, la buena elaboración de la comida, la ética médica y el buen trato dispensado a todos los niños y familiares. “Agradezco de todo corazón la atención recibida por el doctor Ricardo Rodríguez Farfán, el doctor Guillermo Marín, las doctoras Carmen Ulloa y Lisandra Lloré, y las enfermeras Orlaida Moreno y Betsy, además del personal de Ultrasonido, Laboratorio clínico y el resto de los servicios”.
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