Todavía sin convertirse en habanos, las hojas de tabaco sintieron en sus venas el calor del fuego, una de las alternativas principales que aplican los vegueros cuando el exceso de humedad invade las casas de curación, como sucedió en mayo pasado a raíz del evento de intensas lluvias que dejó un negativo saldo en la cosecha de este rubro exportable.
Hasta el momento se cuantifican unas 745 toneladas de la hoja afectadas por el impacto negativo de las precipitaciones, principalmente en las casas de curación, pese a las medidas activadas como dar calor dentro de los aposentos, el zanjeado exterior y el manejo de la ventilación.
Acopiar toda la hoja posible constituye en estos momentos la estrategia esencial de los vegueros espirituanos en aras de mitigar los daños, explicó a la prensa Alfredo Gómez Pérez, subdirector agrícola de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco en Sancti Spíritus.
Señaló el directivo que hubo un daño considerable en buena parte del cultivo, pero ahora la prioridad es amarrar todo el que tenga las condiciones requeridas en la hoja y el palo seco para comenzar a acopiarlo de forma rápida.
“En el proceso de amarre como tal, todo el tabaco que esté afectado, que se limpie, como dicen los campesinos, la orientación es no botarlo, sino entregarlo, aunque tenga menos calidad, porque puede aprovecharse en la industria”, subrayó
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