Aunque parezca un pasaje sacado exclusivamente de los predios de la ciencia ficción, por estos días quedarán electrificadas las pocas viviendas que todavía persisten en la sitiería de El Mamón, una zona montañosa ubicada en las inmediaciones de Méyer y Pitajones, en el fondo del Escambray, que alguna vez estuvo tan infestada de bandidos y de terroristas como de marabú.
El acontecimiento se inscribe en la estrategia de la Unión Eléctrica (UNE) de abastecer las casas aisladas que aún no cuentan con este servicio en el país mediante el empleo de paneles solares, un programa iniciado en el 2016, que ahora también pretende llevar la luz a vecinos de Río Abajo, Cuchara, Las Tosas, Las Yayas, Alicante, Loma del Chivo, El Tranque y otras regiones intrincadas de los municipios de Sancti Spíritus, Yaguajay y Cabaiguán.
Nuevas inversiones con el fin de beneficiar a la población y mejorar la distribución y generación eléctricas en la provincia de Sancti Spíritus caracterizan el quehacer de ese sector en este territorio central durante 2018.
A inicios de este año, la provincia tenía censadas como viviendas sin servicio eléctrico un total de 552, cifra que pudiera ser historia antigua en los próximos meses a juzgar por las intenciones de los eléctricos, quienes pretenden llevarla a cero con el uso de esta experiencia, que asegura a cada hogar energía para cinco lámparas de tecnología LED, un televisor y un radio o equipo de audio.
Fuentes de la UNE confirmaron a la prensa el favorable impacto de la iniciativa gubernamental en determinados lugares y las expectativas creadas en otros, como Fomento, donde hace dos años no había solicitudes de este servicio y ya hoy existen 40 moradas a la espera de ser beneficiadas e incluso algunas personas han decidido reasentarse atraídas por esta opción relativamente barata y muy humanista.
LA ERA DE LAS SUBESTACIONES
La propagación de la tecnología de electrificación doméstica con el uso de celdas fotovoltaicas constituye acaso la más reciente pero no la única novedad que, en materia energética, ha impactado en los últimos años a Sancti Spíritus.
y el llamado Compensador
Automático Reactivo,
ambos construidos
en la zona de Tuinucú,
suman más de
36 millones de pesos.
El ingeniero Carlos Misael Rodríguez, director general de la Empresa Eléctrica de la provincia, no tiene dudas de que los procesos inversionistas registrados en esta parte del país en lo que va de siglo, vienen transfigurando la calidad del servicio en una región que estaba considerada como la cenicienta de la isla en este frente.
Sin doble circuito en las llamadas líneas de alta tensión entre Ciego de Ávila y Villa Clara, sin una subestación propia de 220 KV, en suelo espirituano y con solo cuatro de 110 KV, (Jatibonico, Trinidad, Tuinucú y Siguaney, esta última de uso exclusivo para la fábrica de cemento), todavía a inicios del 2000 Sancti Spíritus funcionaba como el fusible del sistema, o sea, la parte más vulnerable que obviamente era la primera en resentirse ante cualquier contingencia.
Esa realidad comenzó a cambiar desde entonces, primero con el establecimiento de la doble línea de 220 KV, entre la zona de Vicente, en Ciego de Ávila, y Santa Clara –una inversión que dotó de mayor seguridad a todo el Sistema Electroenergético Nacional (SEN)– y luego con la construcción de nuevas subestaciones en suelo espirituano, incluida una de 220 KV, que quedó finalmente sincronizada en julio del 2014, y el mejoramiento de las líneas de transmisión.
Para tener una idea del costo de los trabajos ejecutados en la provincia basta saber que solo la subestación de 220 kV y el llamado Compensador Automático Reactivo (SVC por sus siglas en inglés), diseñado para favorecer la transmisión eléctrica de un extremo a otro de la Isla, ambos de procedencia china y construidos en la zona de Tuinucú, suman más de 36 millones de pesos.
Millonarios fueron también los proyectos dirigidos a sustituir viejas subestaciones por otras modernas de 110 kV, como la de Cabaiguán, primera que funcionó en Cuba de manera totalmente telecomandada; el despliegue de nuevas líneas y la rehabilitación de otras; la creación de emplazamientos de generación distribuida, así como mejoras secundarias, cambios de calibre y acomodos de circuitos.
A manera de ejemplo, Carlos Misael recuerda que el municipio de Sancti Spíritus contaba con un anticuado circuito, el 14, que tenía 146 kilómetros de largo, con una subestación en el Entronque de Guasimal, que alimentaba a los consumidores de La Hermita, en Trinidad, y de Mayábuna y de El Maizal, también en la zona sur, con un insostenible porcentaje de pérdidas y recurrentes afectaciones para los usuarios.
El 14 mutó entonces en tres nuevos circuitos, la subestación existente se movió para el Entronque de Pojabo y se construyó otra nueva en la entrada de El Cacahual, todo lo cual acabó con el inventario de quejas y con las insatisfacciones que a diario se generaban en esa zona rural.
OBRAS SIGNIFICATIVAS CONCLUIDAS EN SANCTI SPÍRITUS (ÚLTIMAS DOS DÉCADAS)
– Segunda línea de alta tensión (220 KV) (desde Ciego de Ávila hasta Villa Clara).
– Emplazamientos de generación distribuida: 2 en Trinidad, 2 en Yaguajay, 1 en Sancti Spíritus, 1 en Fomento, 1 en Jatibonico.
– Subestación Sancti Spíritus de 220 KV (en Tuinucú).
– Sistema Compensador Automático Reactivo (SVC) en Tuinucú.
– Subestaciones de 110 KV: 2 en Sancti Spíritus, 1 en Cabaiguán, 1 en Yaguajay.
– Subestación de 33-13,8 KV: 1 en Cacahual.
CONSUMIR Y GENERAR
Que Sancti Spíritus está en mejores condiciones, no solo para usar la electricidad, sino también para generarla quedó probado aquí desde hace décadas con la arrancada de los motores de la central hidroeléctrica que aprovecha la fuerza de salida del agua en la cortina de la presa Zaza, de tecnología china, sin dudas el primer intento realista y sostenible de producir energía limpia en este territorio.
A ello se ha unido el creciente movimiento a favor del empleo del biogás en varias ramas de la producción y la creación de parques solares fotovoltaicos, una modalidad que en un futuro no lejano puede aportar al SEN alrededor de cien Megawatts, a juzgar por lo proyectado en la provincia.
Expertos aseguran que solo el emplazamiento de Guasimal, que se ejecuta actualmente al costo de 12 millones de pesos, puede generar en un año de operaciones aproximadamente 6 600 Megawatts/hora con lo que se dejarán de consumir 1 716 toneladas de combustible y se evitaría la emisión de significativos volúmenes de dióxido de carbono a la atmósfera, cifras que explican por sí solas la utilidad de los 17 parques que se prevén construir en todo Sancti Spíritus.
Menos limpia, pero igualmente necesaria para el desarrollo, resulta la energía que debe generar la central eléctrica que hoy se encuentra en fase avanzada de montaje en el municipio de Cabaiguán, la cual trabajará con 16 generadores alimentados por diésel que totalizan una potencia de 30 megaWatts.
Según reveló a la prensa Raidel Díaz Vega, director de Inversiones de la Empresa Eléctrica Provincial, la obra constituye un proyecto loable no solo por lo que significa su aporte en materia de generación energética, sino también por lo que representa para la reducción de las pérdidas eléctricas y la disminución del bajo voltaje en la zona, un lastre que cada día va pesando menos en los contadores y en el imaginario de los espirituanos.
- Parques solares fotovoltaicos
- Electrificación en la provincia
- Viviendas aisladas
- Zonas de bajo voltaje
Guasimal – Yaguajay – Mayajigua
Venegas – Arroyo Blanco- 2 en Trinidad
Las zonas de bajo voltaje que se eliminaron en el 2017 se ubican en el municipio de Sancti Spíritus, específicamente, dentro del Consejo Popular de Banao en El Pinto, La Loma del Espejo, barrio La Curva y la Unidad Básica de Producción Cooperativa El Cafetal. Otros se localizan en Varela Final, en el Consejo Popular de Jesús María; Agramonte Final; Circunvalación Sur, entre otros barrios.
Durante el 2016 en la provincia se eliminaron 14 zonas de bajo voltaje.
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