La medida favorece un mejor aprovechamiento de la luz natural en el período de máxima demanda de energía eléctrica, lo cual influye en la disminución de su uso
Este sábado a las 12 de la noche los relojes debieron ser adelantados una hora para que el domingo comience a regir el horario de verano en el país, en coincidencia con las elecciones de los delegados a las asambleas provinciales del Poder Popular y de los diputados a la Asamblea Nacional.
Con la aplicación de la medida se logra un mejor aprovechamiento de la luz natural en el período de máxima demanda de energía eléctrica, lo cual influye en la disminución de su uso, sobre todo en el sector residencial, el mayor consumidor.
En general, en los meses de verano los días son más largos, por lo que resulta factible la modificación del horario sin afectar por la mañana la entrada de los estudiantes a las escuelas y de los trabajadores a sus centros.
Tanto en ese caso como en los comicios generales del domingo, su introducción no implica ninguna alteración del tiempo, por el hecho de que el inicio del amanecer siempre ocurre antes de las 7:20 de la mañana.
De modo que los 24 mil 471 colegios electorales, de los cuales 143 son especiales, abrieron sus puertas a la hora prevista de las siete de la mañana, cuando podrá verse claramente.
Este día más de ocho millones de cubanos están convocados a ejercer su derecho al voto como parte de la segunda etapa de las elecciones generales 2017-2018, para elegir por un término de cinco años a los 605 diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y los mil 265 delegados provinciales.
De acuerdo con el cronograma, será el día 25 del propio mes la constitución de las asambleas provinciales y el 19 de abril la
conformación del Parlamento y la elección de su Presidente, Vicepresidente y Secretario, y de los miembros del Consejo de Estado.
Ya para esa fecha estaremos mucho más acostumbrados al nuevo horario, en el que vivimos casi todo el año, no solo por tratarse de una práctica internacional, sino también por su gran impacto en el ahorro de energía.
El hecho es que el cambio de la matriz energética en Cuba resulta vital por su alta dependencia de combustibles importados para la generación de electricidad, mediante el aumento paulatino del índice de utilización de las fuentes renovables de energía (FRE).
Así se prevé en los objetivos estratégicos hasta 2030, según los cuales, no deben incrementarse las compras de hidrocarburos en el exterior y sí reducir los costos de la energía entregada por el Sistema Electroenergético Nacional (SEN) y la contaminación ambiental.
Tampoco pueden pasarse por alto que en la situación actual del país influyen las pérdidas considerables en las redes de distribución, mientras que en el caso de las FRE solo son empleadas el 4,3 por ciento – equivalentes a la producción de 18 mil millones de Kw/h anuales- del total de las restantes.
Con vistas a incrementar nuevas capacidades, se construyen bioeléctricas en cercanías de centrales azucareros, instalaciones de energía eólica, solar, fotovoltaica y de hidroenergía, que serán conectadas estas últimas al SEN, en proyectos que contemplan la recuperación de la inversión en un período relativamente breve.
Un dato significativo es que la Sociedad Cubana para la Promoción de las Fuentes Renovables de Energía y el Respeto Ambiental (CUBASOLAR), estima que Cuba recibe un promedio de radiación solar de más de mil 800 Kw/h/ por metro cuadrado al año.
Por tanto, las emisiones del astro rey sobre el territorio nacional pueden convertir a la Isla en una potencia energética a partir de su empleo, el desarrollo del conocimiento y la tecnología.
Si a todo ello se suma el horario de verano, la luz natural, bien aprovechada y mejor distribuida, será garantía de beneficio popular.
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