Con buena parte del trabajo vencido y mientras continúa borrando las huellas del huracán, el municipio sede del acto provincial por la efeméride moncadista se apresta a la celebración
Despreocupadas del mundo que les rodea, Yanet y Yesmely, dos mujeres jóvenes del batey costero de Vitoria, descansan sobre sus camas en el Hogar Materno de Yaguajay. Ambas traerán al mundo a un segundo hijo; confían en que todo saldrá bien.
No puede ser de otro modo en un territorio que se vanagloria de tener en cero la tasa de mortalidad en menores de un año en lo que va del 2018, y de estar libre de fallecimientos maternos desde el 2014; un municipio que cuenta con servicios estables hasta en el cacareado tema de la permanencia del médico en los consultorios de la Atención Primaria de Salud.
Al visitar el corazón de la localidad y demás poblados que integran Yaguajay, dispersos como si hubiesen sido lanzados al azar, se palpa una tranquilidad mezclada con quehacer. Prácticamente 10 meses atrás el panorama era diametralmente opuesto: la zozobra se apoderaba de los corazones; las palmas tenían, si no encorvado o cercenado el tallo, despeinadas sus cabelleras, y en más de 1 080 viviendas destrozos parciales o totales inspiraban dolor.
El dolor no se fue, pero se ha mitigado y aunque puede hallarse a familias requeridas de ayuda, mas no desamparadas, Yaguajay ya no es un territorio devastado por el huracán con nombre de mujer que rastrilló sus costas e hirió incluso sus entrañas.
UNA CELEBRACIÓN GANADA
Cuando el Buró Provincial del Partido, de conjunto con la Asamblea Provincial del Poder Popular, acordó otorgar la sede del acto en territorio espirituano por las actividades del 26 de Julio, consideró, ante todo, el gran esfuerzo realizado en la recuperación después del paso del potente fenómeno meteorológico.
Tomó en cuenta, como parte del mismo, el amplio movimiento popular —con apoyo del resto de la provincia, cierto, pero bajo el protagonismo de los yaguajayenses— que ha posibilitado el restablecimiento de la mayoría de los centros estatales y la solución, redondeando los casos menos graves con los más álgidos, del 70 por ciento de afectaciones en domicilios.
“Irma vino a dañar, pero también a impulsar el mejoramiento del fondo habitacional del territorio”, no duda en afirmar Luisa Irene Betancourt Díaz, al frente de la Dirección Municipal de la Vivienda. Agrega que si bien ahora muchas personas cuentan con casas completamente nuevas, tras los momentos más duros casi nadie confiaba en que los recursos llegarían en un lapso de tiempo tan breve.
Irma obligó a relegar a un segundo plano empeños en la esfera económica que en circunstancias diferentes se habrían concretado, al menos de forma parcial. Incluso así, no pueden obviarse aristas de su quehacer que brillan por sí mismas y que hablan del denuedo de la gente de allá, usualmente llana, trabajadora y perspicaz.
De los meses recientes son los avances en la creación de polos productivos que ya despuntan por sus primeros resultados, como es el caso de Yagüey y San Marcos; y de otros ahora en ciernes, como La Presa y Batey Colora’o. Pero de larga data, y con meritorio comportamiento en el pasado y el presente año, es la labor en el mantenimiento de un cuadro higiénico-epidemiológico favorable en pueblos, bateyes y asentamientos, incluidas las comunidades del Plan Turquino.
La otra faz resplandeciente de Yaguajay es la de la Educación, con indicadores loables tanto en el aprendizaje mismo como en la formación integral, y hasta con el mérito excepcional de contar con más jóvenes a punto de ingresar a carreras pedagógicas de los previstos en el plan. A ello se suman los altos índices de aprobados en los exámenes de ingreso a la Educación Superior, y que la totalidad de los graduados de noveno grado continúen sus estudios.
LUCY Y LAS NUEVAS CASAS
Angustias de los días de huracán, inundaciones en barriadas enteras, cultivos arrasados, bienes que nadaron dentro de la corriente o fueron inutilizados por las lluvias pasaron al recuerdo. Imágenes de árboles que aplastaron techos y paredes sólidas, de vientos que volaron los techados y tumbaron frágiles domicilios de tabla y zinc continúan vivas en las fotografías, pero el panorama cambió sustancialmente.
Barrios de nuevas casas, unas más confortables que las otras, le han ido creciendo al municipio. Seibabo se revela ya como la mejor alegoría si de lo colectivo se habla. En una fresca noche Escambray compartió con los dueños de las nuevas moradas de ese lugar el asombro y el agradecimiento; palpó las áreas urbanizadas, departió con niños que jugaban en el nuevo parque. Más temprano que tarde, Mayajigua estrenará los domicilios de firme tipología Sandino; las petrocasas cobrarán vida y el Taller Central será un barrio enteramente funcional.
Pero hay también casas aisladas, diseminadas, como hormigas por los campos, por disímiles sitios de este o el otro asentamiento. Surgieron de entre los escombros, con el apoyo de entidades locales o de otros municipios. En una esquina de Meneses, detrás del parque de la localidad, puede verse a Lucy Barroso colaborando con los constructores. Su nuevo hogar luce firme y es de mampostería, con puertas y ventanas mayormente metálicas.
“Era de madera y teja, una de las edificaciones nacidas cuando Meneses se fundó; tenía cerca de 120 años; ya estaba muy dañada. Yo había pedido un subsidio, pero estaba retenido porque había casos priorizados, ¿ve?”, relata con la mirada ensombrecida. “Entonces vino Irma, como para darme una ayuda, por irónico que parezca. Y gracias a Dios, al Gobierno, al Partido y a todos los que repararon en mí y concluyeron que necesitaba una vivienda, ahora ya por lo menos no me mojo”. En esta parte del recuento los ojos brillan y los gestos delatan la emoción.
El piso se salvó. Tiene cosas regadas todavía en casas de vecinos. Nunca le cobraron por estar bajo techo prestado. Los constructores fueron muy curiosos. Lo dice todo mientras ofrece un humilde café y repite un verso que ilustra bien lo que pasó con ella y su hijo, ya mayor, que no tenía ni cuarto. Ahora hasta cuentan con un ala de placa.
Yaguajay resucita, palpita y pugna por ser lo que era antes, y hasta más. Yaguajay no es perfecto. Tiene lugares donde pueden pensar que nada avanza. Yaguajay necesita cerrar este capítulo nombrado Irma y continuar su marcha. Pero ahora mismo se detiene en su paso, mira en derredor y respira profundo. Han hecho allí una hombrada. Merecen festejar.
y faltaron otros detalles como ser los unicos que tenemos en el mundo una pescaderia que no vende pescado, pues estamos muy lejos del mar, son como 8 km, ademas tenemos otro punto que vende conformados del mar con productos que vienen de trinidad pues no tenemos donde elaborar nada y esto dos puntos que se suponen vendan productos del mar estan divorciados entre ellos, dos puntos, dos empresas de la pesca y no comemos pescado a no ser por la izquierda
Estoy de acuerdo con todo lo que se dice en el artículo, pero viendo un reportaje que salio hace unos días en el NTV del municipio Segundo Frente, en Stgo de Cuba, con la cantidad de obras sociales que se inaugurarán en saludo al 26 de Julio, me oregunto ¿qué se ha hecho en Yaguajay aparte de lo recuperado por el ciclón?.
En la conocida calle real, las cualterías se caen a pedazos, muchisimas otras calles llenas de baches (teniendo el municipio una planta de asfalto le echan un poco de piedras y una masa apetrolada que a punto mediodía te entierras), los salideros parecen fuentes en las calles, el chorro se empina hasta 2 metros de altura mientras otros parecen manantiales, hay un coopelia y creo que es el único del mundo donde no se vende helado, hace años cerraron un tiendecita TRD 20 m cuadrados y todavía esta cerrada, según dice en la puerta por «reparaciones», una centrica esquina tenía «algo» que se estaba cayendo y lo empezaron a reparar como 10 o 15 veces, por suerte Irma lo acabó de tumbar y está la esquina más limpia ahora lo que quedó es baño público la esquina del frente esta todavía en pie por suerte cercada en contrucción el mismo tiempo.
Y así otras cosas que muchos yaguajayenses nos estamos preguntando como es posible que nos ganaramos la cede, si fue por los daños del ciclón y la recuperación pues si, pero esperábamos que al menos la cabecera municipal cambiara un poco su imagen en saludo a tal fecha y con tal reconocimiento más motivos para lucir en homenaje a esta fecha. A pesar de todas las críticas que hice, ninguna con mala intención, al contrario, me siento muy orgulloso de que se nos haya otorgado semejante reconocimiento.