Yilian Díaz Meneses representa por sí sola tres de las más importantes cifras que componen la recién constituida Asamblea Nacional del Poder Popular: los más de 80 jóvenes con asiento en el parlamento, el número de féminas que lo integran y el porcentaje de diputados propuestos desde el barrio o la comunidad.
Más allá de integrar números, la joven de la comunidad de Las Nuevas parece segura de su función en favor de estos tres sectores, así como de la trascendencia de la IX Legislatura del órgano supremo del poder del Estado, encargada de elegir esta semana a los 31 miembros del Consejo de Estado, incluyendo el presidente y vicepresidentes.
“Para mí es un honor representar a La Sierpe, a la mujer y a los jóvenes —confiesa en diálogo con Escambray—, pero nunca esperé que fuera a ser diputada”.
Con 31 años, esta licenciada en Estudios Socioculturales y ahora alumna de Derecho, alterna su trabajo como Técnica en Gestión Documental en la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro con uno de los 605 puestos del máximo organismo legislativo en Cuba donde representa por primera vez a la comunidad de Las Nuevas, una de las más intricadas de La Sierpe.
¿Cómo ha sido la reacción allí?
En Las Nuevas las personas me cambiaron el nombre, ya nadie me llama por Yilian, ahora donde quiera que llego me dicen la diputada. Nosotros tuvimos, igual que el resto, un intercambio con todos los electores previo a las elecciones y noté que las personas piensan que una puede cambiar todas las cosas. Entonces yo les explico que los diputados representamos al país entero, que no llevamos los problemas de la localidad, pues para eso tenemos otros espacios como la Asamblea Municipal, donde realmente tengo que hacer esfuerzos para que nuestros problemas se resuelvan.
Desde ese asentamiento surgió tu nominación, ¿cómo fue el proceso?
Fue algo que no me esperaba. Salí nominada y luego electa delegada de mi circunscripción. En un momento conocí que la Federación de Mujeres Cubanas me había propuesto también en el pleno, pero siempre se proponen a varias personas y no sabía que en esa selección ya iba.
Ahora representas una de las más importantes empresas de la provincia que, además, tiene una fuerza juvenil mayoritaria…
Los jóvenes se han insertado a las tradiciones de nuestro territorio eminentemente agrícola. En la empresa agroindustrial, única del municipio, todas las labores requieren de fuerza joven: la producción de arroz, la preparación de tierra, la selección de la semilla… Luego sucede igual en la industria con el secado y molinado, también requiere esfuerzos físicos.
¿Cómo se insertan las féminas en ese medio?
Solamente en el secadero de Las Nuevas, con más de 200 trabajadores cuando hay cosecha, no llegamos a 30 trabajadoras. Todavía en la industria existe una cultura patriarcal y machista, no hay ninguna otra mujer que forme parte del Consejo de Dirección, excepto yo que no tengo un cargo tan decisorio dentro de la unidad. De hecho, he aspirado a otros puestos y no me los han dado, aun cuando mi jefe me considera buena trabajadora.
El resto de las mujeres está vinculado a labores no productivas, lo que hacen es barrer silos y molinos. Las otras tareas son de los hombres. Es difícil cambiar esta realidad porque está arraigada al pensamiento, pero es un asunto que me gustaría debatir y transformar.
¿Tu puesto de diputada para esta legislatura tuvo otras connotaciones?
Todo el mundo nos decía que teníamos una gran responsabilidad porque en nuestras manos estaba la elección del nuevo presidente pero lo cierto es que siempre confiamos en que las personas seleccionadas van a seguir todo lo que hemos trazado.
Representas además a las nuevas generaciones en el Parlamento.
Me siento bien porque se les dé oportunidad a los jóvenes. En la candidatura uno ve que hay personas de mucha edad y la experiencia es importante, pero también el ímpetu y lo que los jóvenes podamos aportar. Las nuevas generaciones debemos estar junto a las otras para ir aprendiendo y materializando.
JOVENES COMO YILIAN ES LO QUE NECESITA NUESTRA REVOLUCION, SIGUE ASI Y FELICIDADES.