Cuando el pasado 12 de septiembre el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Miguel Díaz-Canel Bermúdez anunció que, a causa del bloqueo del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba la isla se vería imposibilitada de importar los combustibles necesarios para mantener la estabilidad en las esferas socioeconómicas, muchos cubanos, incluida esta periodista, temimos posibles apagones.
Desde entonces, la dirección política y gubernamental de cada territorio estableció las prioridades en los distintos sectores y, pese a la implementación de medidas de extremo ahorro, permanecen en la mira de dirigentes y funcionarios en Sancti Spíritus proteger las necesidades vitales de la población, así como evitar afectaciones en el sector residencial.
Apenas han transcurrido unos días desde la visita del Presidente cubano a la provincia, quien, al evaluar el impacto de la actual contingencia energética expresó que la situación se ha ido remontando, incluso sin acudir a las medidas más extremas, y destacaba Díaz-Canel el protagonismo del pueblo en general que ha hecho posible sobrellevar la situación.
Desde que comenzaron a aplicarse las regulaciones para el ahorro en el territorio el consumo disminuyó en 3 580 megawatts/hora de energía, con respecto a la primera semana de septiembre, cuando todavía no se estaban aplicando las regulaciones mencionadas. La reducción del gasto eléctrico evitó la quema de más de 800 toneladas de diésel por un valor estimado que ronda los 561 117 pesos, cifra que varía en dependencia del costo de la generación.
Que la disminución del consumo eléctrico afecta el desarrollo de la economía, también lo han reconocido las autoridades del país y la provincia; mas el imperativo consiste en poner los recursos en el frente económico y social donde resulta imprescindible, a fin de usar con eficacia los portadores energéticos y evitar apagones en el sector residencial.
Sin margen a la improvisación y sin regresar al periodo especial, nuestra condición de país bloqueado nos aleja de la prosperidad a la que aspiramos; pero, como también ha dicho el Presidente, nos convoca a la creatividad.
A diferencia de otras provincias más industrializadas, en Sancti Spíritus los clientes del sector estatal apenas suman 6 866, sin embargo, en este tiempo de contingencia energética recae sobre ellos la vigilancia permanente en los dos horarios picos de once de la mañana a una de la tarde y de seis a diez de la noche. Más de 2 000 inspecciones diarias se han realizado en el territorio durante estas semanas gracias a la alianza entre los trabajadores de la Unión Eléctrica, la Oficina Nacional de Uso racional de la Energía y las organizaciones políticas y de masas.
Sobre lo que han arrojado las mencionadas inspecciones, Yoanny Acosta Solenzal, director comercial de la Empresa Eléctrica, aseguró a Escambray que en el sector estatal todavía hay organismos que no están conscientes de la necesidad de ahorrar, sobre todo en el horario pico, cuando la exigencia es por el cero gasto de energía, o el mínimo consumo indispensable en aquellos centros que necesariamente deben prestar servicios. Aún se detectan deficiencias que han sido reiterativas en las inspecciones en ese lapso, como son: luces, neveras, aires acondicionados y computadoras encendidos innecesariamente al no ser imprescindibles para el servicio que se presta o para la protección de la tecnología.
“Las empresas que prestan servicio a la población deben tener un mínimo consumo de energía, sin maltratar a los usuarios y sin afectar la calidad”, precisó el ingeniero, quien dijo además que todavía se realiza bombeo de agua durante los horarios pico.
Toda colaboración importa, tanto es así que también han participado los estudiantes de la Enseñanza Primaria con cerca de
12 000 pioneros en función de tocar las puertas de las casas y centros laborales, más los universitarios que igualmente han aportado su grano de arena con 17 brigadas.
Al interior de los hogares, el sector residencial también ha apagado equipos y luces en los horarios pico, fundamentalmente en la noche, un peso fuerte en la balanza si se tiene en cuenta que suman unos 185 953 clientes particulares los que representan aproximadamente más del 60 por ciento del consumo de la provincia. A estas alturas nadie dudará de la valía del spot televisivo: si apagamos una lámpara de 20 watts en todas las viviendas de Sancti Spíritus durante dos horas del pico, equivale a ahorrar aproximadamente 7.4 megawatts/hora.
Los frutos del esfuerzo popular se demuestran en las curvas de la demanda y lo corrobora Acosta Solenzal: “El sector residencial ha aportado porque en el pico de la noche, que es donde más influye la demanda, está por debajo de lo planificado”.
Sin duda, el mayor escudo de la nación caribeña seguirá siendo la voluntad de su gente por más austeros que se nos impongan los días, por más que el imperio no logre comprender hasta dónde lucha un pueblo por preservar su decoro.
Estamos de acuerdo totalmente y lo apoyamos. Pero necesitamos que el Periódico se haga eco de la situación que afronta el cobro de la electricidad a la población, se están cometiendo violaciones al respecto.
Si el sector residencial representa mas del 60% del consumo en la provincia de estos cuantos desempeñan trabajos en el sector no estatal, en estos casos como son paladares, carpinterias, prodccion de materieles de la construccion y otros que se consideren altos consumidores, el estado debe segmentar ese sector y suministrale metrocontadores de triple registro y darle oportunidad de proponerlos para inversiones que mejoren su factor de potencia como son bancos de capacitores asi como proyectos de energia renovables tanto en el sector estatal como residencial, especificamante en el sector cuentapropista, tambien deberia proponer la venta de estos equipos mejoradores de potencia al sector residencial lo que traeria como consecuencia una disminucion del consumo aparejado con las medidas de ahorro en los horarios picos. Estas son las iniciativas a las que nos esta convocando nuestro presidente para pensar como pais.