La Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) reafirmó su apoyo a la Revolución Bolivariana en Venezuela y a su presidente constitucional, Nicolás Maduro.
Así lo expresa una declaración adoptada al término del XVIII Consejo Político del bloque integracionista, que tuvo en su clausura la presencia del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.
El texto, de más de una veintena de puntos, rechazó las agresiones contra el país sudamericano y condenó la ‘conducta injerencista’ de Estados Unidos que, suscribió, utiliza a la Organización de Estados Americanos y a su secretario general, Luis Almagro, en su política intervencionista contra la soberanía, la libre determinación y el orden constitucional en la patria de Simón Bolívar.
La declaración respaldó la iniciativa del Mecanismo de Montevideo, que sobre Venezuela promueven México, la Comunidad del Caribe, Bolivia y Uruguay.
Consideró que ese mecanismo busca preservar la paz en Venezuela, sobre la base del respeto a la soberanía, la autodeterminación y la no injerencia.
Repudiamos la doctrina Monroe, viejo reflejo de las apetencias imperialistas de Estados Unidos sobre los pueblos de América, la mayor amenaza para la paz entre los pueblos latinoamericanos y caribeños, remarcó el pronunciamiento.
Llamó a la comunidad internacional a movilizarse contra el bloqueo de EE.UU. a Cuba, que consideró de violación masiva y flagrante contra los cubanos y terceros países.
Al respecto rechazó la activación del Capítulo III de la Ley Helms-Burton, que refuerza el cerco a la isla y reafirma la extraterritorialidad de esa legislación estadounidense.
El bloque integrador saludó los esfuerzos de diálogo y reconciliación emprendidos por el Gobierno de Nicaragua.
También refrendó su respaldo al histórico reclamo de Bolivia sobre el acceso al mar.
El texto apoya a los países caribeños víctimas de medidas financieras que dificultan su acceso al crédito y a la cooperación internacional.
La ALBA-TCP subrayó la necesidad de fortalecer a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) como mecanismo de concertación política, basada en el respeto al Derecho Internacional, la soberanía y no injerencia en los asuntos internos de los Estados.
Además saludó la celebración, en agosto próximo en Venezuela, de la edición 25 del Foro de Sao Paulo.
Consideró esa cita como un espacio para el diálogo entre las fuerzas progresistas de la región.
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