La presidenta de la Asamblea General, María Fernanda Espinosa, destacó este 16 de septiembre que ese organismo tiene una postura muy clara desde hace décadas en contra del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.
Las
sanciones unilaterales realmente afectan la seguridad y el derecho al
desarrollo de todos los pueblos, y obstaculizan la capacidad de poder usar esos
beneficios, dijo a Prensa Latina ante una pregunta sobre el aumento de las
medidas hostiles de Washington hacia La Habana.
Muchas veces, esas sanciones polarizan y dificultan llegar a consensos y procesos
de paz sostenibles, recalcó Espinosa.
La ONU es muy clara en este tema de las sanciones, agregó, las sanciones son
una prerrogativa del Consejo de Seguridad.
El bloqueo de Estados Unidos contra Cuba aparece como el sistema de sanciones
unilaterales más injusto, severo y prolongado que se aplica contra país alguno,
denunció la misión de esa isla ante Naciones Unidas.
Por medio de un comunicado emitido recientemente, esa representación
diplomática señaló que ese cerco es el principal obstáculo para el desarrollo
del país caribeño, así como para la consecución de la Agenda 2030.
El recrudecimiento del bloqueo continúa como el eje central de la política de
Washington hacia la isla, con efectos cada vez más notables en su aplicación
extraterritorial, subraya el texto.
‘Por su declarado propósito y el andamiaje político, legal y administrativo en
el que se sustenta, estas sanciones califican como acto de genocidio a tenor de
la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948 y
como un acto de guerra económica según lo establecido en la Conferencia Naval
de Londres de 1909.’
Durante los casi 60 años de aplicación del bloqueo, los daños acumulados
ascienden a 138 mil 843, 4 millones de dólares.
Tan solo de abril de 2018 a marzo de 2019, esas medidas de agresión económica
han aumentado, causando pérdidas a Cuba en el orden de los 4 mil 343, 6
millones de dólares, detalla el comunicado.
En este último período, añade, el fortalecimiento de la aplicación
extraterritorial de ese sistema de sanciones se reflejó en constantes
afectaciones a empresas, bancos y embajadas cubanas, que enfrentan grandes
obstáculos en sus actividades comerciales y financieras en muchos países.
Desde 1992, la Asamblea General de la ONU ha aprobado 27 resoluciones que
reclaman al gobierno estadounidense poner fin, sin condicionamiento alguno, a
su política de bloqueo contra Cuba.
Al llegar al poder, el presidente Donald Trump dio un giro a los acercamientos
realizados en la administración de Barack Obama y retomó la política hostil
hacia Cuba, con el recrudecimientos de sanciones, restricciones de viaje y
recortes en la cantidad de las remesas, entre otros.
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