La jueza Carolina Lebbos autorizó al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva salir de la cárcel en la sede de la Policía Federal (PF) en Curitiba, capital del sureño estado de Paraná, para asistir al velorio de su nieto.
Arthur Lula da Silva, de siete años, murió este viernes de meningitis meningocócica en un hospital de Sao Paulo, donde ingresó en horas de la mañana con fiebre alta.
Según la Agencia Brasil, la decisión está en secreto y no será divulgada por motivos de seguridad. En el caso de la PF debe escoltar al exmandatario hasta el lugar del funeral y entierro, previstos para este sábado en São Bernardo do Campo (Sao Paulo).
Lula viajará a ese estado en un avión cedido por el Gobierno de Paraná.
Para pedir autorización, los abogados del exsindicalista argumentaron que la Ley de Ejecución Penal prevé que presos dejen la cárcel para asistir a velorios de parientes cercanos.
En enero, Lula pidió autorización para salir del penal y asistir al sepelio de su hermano, Genival Ignacio da Silva, conocido como Vavá, quien murió como consecuencia de cáncer en el pulmón.
Sin embargo, la petición fue negada por Lebbos y confirmada por el magistrado federal Leandro Paulsen.
Pero el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Antonio Dias Toffoli, aceptó el recurso de la defensa y autorizó la salida de Lula, pero este declinó dejar la celda por las condiciones impuestas en el fallo de encontrarse con los allegados en un cuartel de las Fuerzas Armadas.
Visiblemente entristecido por la reciente noticia, el exjefe de Estado afirmó hace pocas horas que nunca esperaba la muerte de uno de sus nietos.
‘Los padres no deberían enterrar a un hijo y un abuelo no debería enterrar a su nieto’, dijo Lula, según transmitió la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, quien lo visitó después de la afligida noticia.
De acuerdo con Hoffmann, Lula está muy ‘emocionado y abatido’ y habría llorado varias veces. ‘Nunca esperé una historia como ésta’, recalcó, de acuerdo con la senadora.
Desde abril, el expresidente permanece preso tras ser penado a 12 años y un mes de cárcel en segunda instancia, en un caso de presuntos hechos de corrupción.
En febrero fue objeto de una segunda condena en la operación anticorrupción Lava Jato, esta vez a 12 años y 11 meses.
El espírtu de Lula continúa sometido a duras penas. Doblemente lamentable su estado.