El informe Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba que se presentará nuevamente ante la Asamblea General de las Naciones Unidas revela cuánto dolor ha provocado la administración de Donald Trump en el seno de la familia de la nación antillana
Para cualquier lado que uno mire, constata cómo el cerco económico, comercial y financiero de Estados Unidos intenta asfixiar esta isla mambisa y guerrillera. Como tantos otros, enfermos de cáncer y sus familiares han conocido en carne propia, los estigmas del bloqueo.
Un vistazo al informe que Cuba presentará sobre la hostil política ante la Asamblea General de las Naciones Unidas a inicios de noviembre revela cuánto dolor ha provocado la administración de Donald Trump en el seno de la familia de la nación antillana, en especial en aquellas con pacientes oncológicos.
En la última etapa, la empresa MEDICUBA S.A., la entidad importadora y exportadora de productos médicos, realizó solicitudes a 57 compañías de Estados Unidos para adquirir insumos necesarios con destino al sistema de Salud de la isla, entre estos para el programa nacional de lucha contra el cáncer.
La mayoría de esas empresas no ha respondido los pedidos, y tres han alegado que no pueden comercializar ningún medicamento con Cuba por las restricciones del bloqueo, impuesto hace casi 60 años a nuestro país.
Para no andar con retórica, ejemplifico. Es el caso de la empresa farmacéutica Pfizer, que no ha respondido el pedido para la adquisición del Crizotinib, empleado en el tratamiento del cáncer de pulmón; el Palbociclib, utilizado en el tumor de mama metastásico hormonosensible, y el Sunitinib, único fármaco eficaz existente en el mundo para el cáncer renal avanzado o con metástasis.
Inquieta, duele saber que, por ejemplo, en el Hospital Hermanos Ameijeiras, de La Hanana, se diagnostican como promedio 20 casos anuales con cáncer renal avanzado, y esas personas están privadas de recibir la opción terapéutica más efectiva.
Por si no pareciera suficiente, apelo a la Farmacéutica Bristol-Myers Squibb, a la cual se recurrió para adquirir un tipo de anticuerpo destinado al tratamiento del melanoma metastásico, cáncer de pulmón, linfoma de Hodgkin y otros.
Tampoco Cuba ha obtenido respuesta de la Genomic Healths, ante el interés de la isla de comprar el Oncotype DX Test Cáncer de Mama, prueba diagnóstica que permite identificar el riesgo de recaída en pacientes con cáncer de mama temprano y el Oncotype DX Test Cáncer de Colon, destinado a advertir el riesgo de recaída en enfermos con tumor de colon en las etapas II y III.
Es cierto que los enfermos cubanos con tumores nunca se han quedado sin alternativas terapéuticas. Sin embargo, no es igual un medicamento de primera línea, que aumentaría la sobrevida en un porcentaje determinado; que otros de segunda y tercera líneas de tratamiento, como han reflexionado los expertos.
Es una lamentable realidad que punza; que muchas veces sepulta la vida de seres queridos. Es, sin dudas, el lado más penoso del cerco económico, empeñado en que la Revolución levante bandera blanca.
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