Los bolivianos enfrentan hoy un futuro incierto tras el derrocamiento por un golpe de Estado del presidente constitucional Evo Morales, lo cual acentúa la polarización entre la mayoritaria población indígena y sectores extremistas de derecha.
La víspera
la senadora de la oposición Jeanine Añez se autoproclamó como presidenta
interina del país, sin el quórum legislativo necesaio para la sucesión
constitucional, pues una mayoría de dos tercios, principalmente miembros del
Movimiento Al Socialismo (MAS), no estuvieron presentes por falta de garantías.
En una sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), Añez recibió el
mando residencial interino de manos de los militares y pidió ‘a todos los
santos’ sabiduría para encausar el país y preparar elecciones aún por definir,
y en las que diversos análisis pronostican que el MAS no sería participe, pese
a su victoria en las urnas el 20 de octubre.
La política de Unidad Demócrata (UD) enfrenta un escabroso camino pues hoy se
vence el plazo dado por la Central Obrera Boliviana (COB) para que se
restablezca la institucionalidad en el país y ella se proclamó presidenta sin
cumplir los preceptos constitucionales, aunque algunos análisis dicen que todo
fue ‘legal’.
Ante la falta de quórum, Añez buscó el camino de la sucesión, que se basa en el
principio y necesidad de inmediatez que tiene el objetivo de evitar el vacío de
poder, vacío de poder creado por el golpe y la posterior persecución de los
actores políticos vinculados al MAS.
En afán de dar legitimidad a su presidencia, Añez citó el artículo 170 de la
Constitución que prevé que son causales de cesación en el desempeño de la
función del presidente la muerte, la renuncia, la ausencia o impedimento
definitivo y otros.
Tarde en la noche, la nueva presidenta de la nación andina fue reconocida en su
cargo por Estados Unidos y Brasil, una combinación de países que presuntamente
estuvieron involucrados directa o indirectamente en el golpe, según denuncias
aparecidas en medios de prensa.
Añez negó que existiera un golpe de Estado y en una entrevista anoche a CNN
acentuó que ‘lo que ha sucedido es una sucesión’ y que ella está ‘ocupando el
puesto que le corresponde’.
En ese sentido, tras una reunión con el mando militar, fue reconocida como
presidenta de Bolivia.
La senadora de UD llega al poder de forma provisional en un país en convulsión,
con los militares en las calles, ocho muertos y cerca de quinientos heridos
desde las fallidas elecciones del 20 de octubre, en la peor crisis de la
historia reciente de Bolivia.
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