Me estoy preparando para el otro partido, esto no se ha terminado

En una tarde soleada del viernes 10 de mayo, Roberto Hernández Navarro le puso más calor al “José Antonio Huelga” de Sancti Spíritus, Robertico, el muchacho que hace unos meses fue noticia cuando rompió un contrato con el equipo de los Indios de Cleveland, de las Grandes Ligas, y regresó a Cuba, volvió a serlo cuando propinó el primer cero hit-cero carrera de la Sexta Serie Nacional de Béisbol categoría sub 23.

 La victima del suceso fue el equipo de Ciego de Ávila que sucumbió ante Sancti Spíritus por la vía del nocaut 10-0 en ocho entradas en las que sus rivales, por añadidura los que más batean en la campaña, no pudieron adivinar los envíos del muchacho de Batey Colorado, en Yaguajay.

Uno a uno los fue liquidando, unas veces con sus rectas “que me llegaron a 93”, otras con la slider, siempre con el control que lo llevó a regalar un solo boleto aunque dio dos deadball, pero lo compensó con diez ponches para ratificarse como líder del torneo con 47. “Es la salida que mejor me sentía desde que empezó el campeonato-le comentó tras la hazaña al colega Randy Vasconselos, de Centro Visión- la recta la tenía como hace tiempo que no me sentía, alcancé las 93 millas, la slider también lo tenía en excelentes condiciones, pero siempre el control es lo principal”

“Estaba encendido hoy”, me comentó risueño después vía telefónica cuando lo llamé para felicitarlo por su hazaña.Pero Robertico no disfruta este éxito desde la vanidad y agradece al equipo el apoyo para lograr una proeza de este tipo: “El equipo se lo merecía-comentó a la televisión local- yo también por el trabajo de ocho innigs consecutivos sin permitir carreras ni hits. Fue un excelente trabajo que se realizó en coordinación con el director y con la receptoría de Loidel. También el trabajo del colectivo que bateó mucho y no permitimos errores a la defensa, se trabajó casi perfecto”

Sobre el box, Robertico lució tranquilo, dueño del partido. No llegó a consumir los lances reglamentados. Como siempre sucede en juegos como este, la presión y la ansiedad rondaron el box del “Huelga” y que Robertico reconoce desde la sinceridad, aunque nada lo perturbó, ni el recuerdo del partido ante Las Tunas hace unos días cuando casi consigue el cero hit cero carreras en el “Julio Antonio Mella”, de Taguasco, hechizo que se rompió con el primer inatrapable a la altura del octavo.Desde el banco quería hasta tomar un bate con tal que su equipo consumara el nocaut en el séptimo, pero, desafiando sus 18 años,  tuvo los nervios y el temple para terminar lo que empezó. “Siempre después que pasa el quinto ining y ves que no hay hit, ni carreras en la pizarra está ese pensamiento, pero no lo llevé al montículo, iba ining por ining, bateador por bateador, dejé que el juego caminara y ahí está el resultado”

“Te voy a ser claro -confesó desde la humildad ante las cámaras- sí me pasó por la mente, estaba ansioso, es algo que no se puede controlar, pero tenía mucha confianza, eso es lo que hay que llevar al box cuando termina la entrada y tuve el apoyo de todos y supe que podía lograrlo”

Desde las gradas, los aficionados que se van sumando cada vez que Roberto sale al box, le aplaudieron y la noticia corrió por toda la geografía espirituana apenas la narración radial confirmó y expandió la noticia.

“Le digo al pueblo que esperen lo mejor de mí, siempre salgo a eso y que vengan muchas cosas buenas, el béisbol y la provincia lo necesitan”, así se despidió en las cámaras.

Desde la distancia y a través del teléfono a Yoleisi Navarro, la mamá se le siente la alegría desbordante y la ansiedad también porque tampoco pudo estar en este día fenomenal pues está en Granma donde su otro hijo participa en el nacional sub 12: “Apenas lo supe lo llamé, y claro que no hay mayor regalo por el día de las madres”.

Robertico, como le apodan, disfrutó su hazaña de la mejor manera que puede hacerlo un joven que apenas comienza a esculpir su carrera.

“Es el mejor juego de mi vida, uno nunca está preparado para algo así”- y se le siente el jadeo, mientras corre por todo el estadio en el ritual que practica cada vez que lanza. “Es que me estoy preparando para el otro partido, esto no se ha terminado”