China sumó este martes su voz al rechazo contra todo tipo de injerencia y la intervención militar en Venezuela, en referencia a la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) por parte de Estados Unidos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores llamó a las partes implicadas a tener presente la necesidad de mantener la estabilidad y desarrollo de la región, así como los intereses fundamentales del pueblo del país suramericano.
Remarcó la postura de buscar una salida negociada y política solo entre el Gobierno y la oposición, que esté apegada a las normas básicas de los nexos entre los distintos países del mundo, la Carta de la Organización de Naciones Unidas y la constitución venezolana.
Finalmente, la Cancillería deseó que se promuevan las pláticas pacíficas para encontrar una solución lo antes posible.
China respondió así a la reciente adopción del TIAR, con el cual la Casa Blanca pretende lanzar una agresión militar contra Venezuela.
La medida recibe un creciente rechazo de gobiernos y movimientos sociales de todo el continente.
Ese texto fue firmado en Brasil en 1947 y establece que un ataque armado a un Estado americano será considerado como un ataque contra todas las naciones de la región.
En este caso, la justificación es que Venezuela es considerada una ‘amenaza’ para la zona.
La nación asiática mantiene firme su apoyo a los esfuerzos del presidente constitucional, Nicolás Maduro, para salvaguardar la soberanía nacional, la independencia y la estabilidad de su territorio tras el intento de golpe de estado promovido por Estados Unidos, al reconocer la autoproclamación ilegítima del diputado Juan Guaidó como mandatario interino.
Ratificó en reiteradas ocasiones que mantendrá invariable la cooperación con Caracas y exhortó a la comunidad internacional a propiciar las condiciones necesarias para evitar una agresión.
También expresó oposición a las sanciones unilaterales de Estados Unidos contra la estatal empresa Petróleos de Venezuela, reiteró que ese acto solo complicará más la situación allí y llamó al país norteamericano a responsabilizarse por las consecuencias que podría desencadenar, sobre todo, el deterioro de las condiciones de vida del pueblo.
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