Estamos a las puertas de un nuevo cumpleaños de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y, a pesar de las restricciones económicas impuestas al país, muchos espirituanos se preparan para la tradicional fiesta en los barrios, la misma que cada año une a las familias, en un gesto solidario, sin que medien intereses mezquinos, sino el orgullo de sentirse cubano y de ver cómo reafirman los principios que dieron origen a la organización.
Los CDR nacieron un 28 de septiembre de 1960, cuando, frente al Palacio Presidencial y ante casi un millón de personas congregadas allí se escucharon detonaciones de petardos, con los cuales pretendían desvirtuar la atención del pueblo, pero Fidel, con la energía que lo caracterizó siempre y aprovechando la efervescencia del momento expresó:
… “Vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva. Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo; están jugando con el pueblo y no saben la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo”.
Unas horas más tardes nació la más grande de todas las organizaciones cubanas, la misma que 59 años después sigue activa en cada cuadra, donde conviven las familias que velan por el bienestar colectivo.
Sus múltiples funciones y el papel desempeñado por casi seis décadas la hacen acreedora del respeto de la sociedad, al intervenir con sus miembros, que son casi la mayoría de los ciudadanos mayores de 14 años, en tareas relacionadas con la salud, la higienización, el apoyo a la economía, las labores productivas, así como el fomento de la participación ciudadana en diferentes actos, entre ellos procesos eleccionarios, asambleas, barriodebates, encuentros de solidaridad y otros.
Hoy los Comités de Defensa de la Revolución en Sancti Spíritus están más presentes que nunca y funcionan como una gran familia, para apoyar en el mantenimiento y limpieza de edificios, comunidades y calles, cuentan también con brigadas de jóvenes que se encargan de velar por el ahorro de electricidad y otros, que asumen la vigilancia revolucionaria colectiva, desde la localidad o desde las fronteras marinas, para evitar hechos delictivos, penetración ilegal al territorio nacional o el tráfico de drogas.
A las puertas de este aniversario 59 la organización cederista en la provincia exhibe con orgullo los resultados alcanzados en la entrega de donaciones de sangre, un gesto humano y voluntario que pone a prueba la capacidad y entrega de los espirituanos.
Se acerca el día del reencuentro al pie de la caldosa, aderezada con ingredientes que salen del aporte de los vecinos y, a pesar de las inmensas dificultades económicas actuales, será una fiesta familiar en los barrios desde donde crece el país y desde donde el pueblo está dispuesto a seguir sumando logros a esta organización, que nos abraza a todos y nos convida a seguir la marcha indetenible de la Revolución.
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