El Partido Comunista de Sudáfrica (PCS) reiteró este 7 de agosto su solidaridad con Cuba y llamó a los amantes de la paz y la democracia en el mundo a condenar el desprecio de la administración de Donald Trump al Derecho Internacional.
En una
declaración de apoyo a la isla caribeña en momentos que crecen amenazas de
Washington, la veterana organización sudafricana condena ‘la agresión y
maquinación imperialista de Estados Unidos contra el pueblo de Cuba, su nación
y otros recursos básicos’.
‘El Partido Comunista Sudafricano reitera firmemente su compromiso de
solidaridad con el pueblo cubano y respalda plenamente su derecho fundamental a
la autodeterminación’, señala la nota divulgada hoy en esta capital.
Los comunistas sudafricanos, que acaban de celebrar el 98 aniversario de la
creación de su organización, subrayan que ‘el pueblo cubano ha elegido su
propio camino de transformación y desarrollo: la búsqueda del socialismo
opuesto a la barbarie capitalista’.
En el pronunciamiento, el PCS expresa que como reacción a la independencia
cubana, Estados Unidos ha desatado durante más de medio siglo numerosas medidas
extraterritoriales y otras formas de injerencia imperialista, iniciadas desde
el triunfo de su Revolución en enero de 1959, que derrocó a una dictadura
respaldada por Washington y liderada por el tirano Fulgencio Batista.
En su declaración, el PCS denuncia asimismo la ocupación ilegal por EE.UU del
territorio cubano de la Bahía de Guantánamo donde hace mas de un siglo
permanece una base militar de ese país y reclama su devolución.
Afirma que la pretensión de Estados Unidos es la de conseguir un cambio de
régimen en Cuba a través de los ataques contra esa nación y su Revolución.
En ese sentido apunta que recientemente la administración Trump eligió un
camino belicista para recrudecer sus medidas draconianas, destruir la
independencia cubana y subordinar a Cuba a los dictados e intereses de la clase
dominante estadounidense.
‘Las últimas medidas apuntan a extender el bloqueo ilegal impuesto por los
Estados Unidos contra Cuba’, añade al comentar la aplicación plena de la Ley
Helms-Burton de 1996, ‘que ahora está siendo impulsada por la administración
Trump para alentar y permitir que se presenten demandas en los Estados Unidos
contra entidades cubanas’.
Denuncia al respecto el negativo impacto social y económico de esas medidas en
el pueblo cubano, ya que incluye, entre otras, ‘la demanda a la propiedad de
sus hogares, escuelas y policlínicos donde el pueblo recibe atención médica’.
A través de esta maquinación, asevera, ‘la administración Trump intenta
apoderarse de las riquezas del pueblo cubano, la infraestructura, las tierras,
las industrias y los recursos minerales y energéticos’.
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