El XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), concluye este miércoles en La Habana con la lectura del informe resultante de los debates y la presentación del secretariado y el Consejo Nacional de esa organización obrera.
Las tres jornadas precedentes sirvieron a los cerca de mil 200 delegados para revisar el funcionamiento de la organización a todos los niveles y para trazar las pautas que regirán el camino de los sindicalistas en el próximo quinquenio.
En diferentes momentos, altas autoridades del Partido y del Gobierno aportaron a los asistentes datos sobre el estado actual de la economía y mostraron las alternativas que sigue la Isla en el camino de la actualización de la economía y la sociedad, como alternativa a los retos impuestos por la situación financiera.
Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros dejó claro que estos son tiempos de fortalecer las estructuras sindicales, al tiempo que se trabaja por la eficiencia y por explotar las reservas que aún persisten en los procesos productivos en Cuba.
Asimismo, llamó al reordenamiento y a trabajar en las dos prioridades del país: la defensa y la economía, en las cuales, dijo, los obreros cubanos, organizados en la CTC, contemplan un rol determinante.
Por su parte, Salvador Valdés Mesa, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, llamó al enfrentamiento a las ilegalidades, en tanto se trata de uno de los principales lastres para las aspiraciones cubanas y dañan al país y a la Revolución.
En la jornada previa al cierre del cónclave, José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, hizo un llamado a esforzarse por conseguir la sindicalización de una mayor parte de los trabajadores del sector no estatal.
Machado Ventura expresó que la unidad es el instrumento imprescindible para lograr ese fin, por cuanto, llamó a unir fuerzas, en beneficio del movimiento obrero cubano, vanguardia trabajadora del país.
También en la tarde de ayer tuvo lugar la intervención de algunos de los más de 50 delegados extranjeros asistentes a la cita en representación de 30 organizaciones sindicales de 16 países.
Los invitados coincidieron en que Cuba y su movimiento sindical son buenos ejemplos a seguir, y constituyen la prueba viviente de que sí es posible vencer en la lucha obrera y ser partícipes del proyecto de país por el que se trabaja.
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