Precisa y con argumentos sólidos la vicepresidenta electa argentina, Cristina Fernández, ofreció este 2 de diciembre su primera indagatoria en un juicio oral sobre supuesta corrupción en la obra pública, en el cual desmonta las ‘mentiras y difamaciones’ en su contra.
Cuando faltan
apenas ocho días de asumir en su nuevo rol y después de varios meses de ir
frecuentemente a los tribunales de Comodoro Py en medio de constantes
procesamientos abiertos, Fernández expone en la causa conocida como Vialidad,
en la cual se le acusa de ser jefa de una asociación ilícita.
Pese al pedido de que su declaratoria se transmitiera en vivo, como ha sucedido
incluso con otros casos, el Tribunal Federal Oral número 2 le negó la
posibilidad, pero dos cámaras de las televisoras C5N y Crónica lograron
transmitir una parte en el inicio de su exposición.
En medio de una operación especial de seguridad, por primera vez una
vicepresidenta electa declara en un debate oral. Fernández llegó, saludó a las
cámaras, y al tomar la palabra criticó la posición del tribunal de no
transmitir su defensa.
‘Si alguien tenía duda de la existencia del lawfare (noticia falsa), o no sabía
de qué se trataba, la lectura que acaba de hacer el señor presidente de este
tribunal en el cual se nos deniega transmitir en vivo y en directo esta
audiencia, esto es una clase práctica del lawfare en Argentina. Se trata de
perseguir a dirigentes políticos’, apuntó y remató:
‘¿No les parece importante?, no les parece importante la acusación que dicen
que fui jefa de una asociación ilícita, en serio no les parece importante para
transmitir’,preguntó.
Visiblemente enojada en ocasiones en medio de toda la persecución política y
judicial que ha soportado en los últimos meses, como ella misma ha señalado,
Fernández denunció que la acusación de ‘asociación ilícita’, con la figura de
la expresidenta como jefa de una banda responde a un ‘plan del actual
Gobierno’.
‘El gobierno que se va tenía una mesa judicial donde decidía todo. Hasta
decidía quién iba preso, quién no iba preso, qué empresario había que apretar
para sacarle la empresa. Todo este plan fue ideado para una feroz e inédita
persecución’, sostuvo.
Al inicio de su intervención, quien dirigió los destinos del país ocho años se
refirió de manera específica a cómo, por vez primera en la historia de la
Argentina de hoy se escucharon en los medios conversaciones privadas de una
expresidenta con un exministro, en referencia a varios diálogos que se tuvo con
el extitular Oscar Parrilli.
Se difundieron en la televisión cual circo las conversaciones de Cristina
Fernández y Parrilli sin que ninguno de esta casa responsable de las garantías
de los ciudadanos se les moviera ni un pelo, les dijo a los jueces presentes
tras añadir que se llegó a este grado de anomalía institucional en la nación.
Y ni que hablar, dijo, de la persecución a Máximo y Florencia Kirchner, que
cometieron uno de los errores terribles, ser los hijos de Néstor (Kirchner) y
Cristina Fernández. Mi hija, fue fotografiada con un fotomontaje frente a
millones de dólares como si los hubiéramos robado, remarcó la vicepresidenta
electa.
Asimismo, señaló cómo se la pasaron buscando la ruta del dinero K, en
referencia a supuestos millones de dólares por corrupción.
‘El dinero de la sucesión, de los plazos fijos, no estaba en ningún paraíso
fiscal ni a nombre de testaferros, estaba en una cuenta a nombre de mi hija, en
el banco Galicia, en un banco nacional de este país, y por supuesto pudo
explicar que el dinero nunca salió durante años en plazos fijos todo precisado
en mis declaraciones juradas y las de Néstor’, precisó.
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