Cuando se trata de cubanía, ponle el cuño que es la Aragón

Al influjo de la buena música no hay persona de cualquier generación que se mantenga indiferente. Más cuando se disfruta a plenitud del sonido excelente de la orquesta Aragón, como ocurrió a la vera del parque Serafín Sánchez, en el centro histórico de la ciudad de Sancti Spiritus, con 505 años de existencia.

La multitud espirituana llenó todos sus sentidos con la musicalidad y la cadencia inigualable de la Charanga Eterna, en su aniversario 80. Piezas antológicas y actuales formaron un repertorio que entregó danzón, chachachá, bolero, son… auténtica música cubana.

Por eso el público de todas las edades gozó, bailó y aplaudió con los compases de Juana, con la trigueña Encarnación, o con el bodeguero atento siempre y hasta con la Reina Isabel que baila el danzón.

Es indiscutible que la música nuestra siempre propicia el disfrute de cuerpo y alma. La verdadera buena música se impondrá al facilismo, la chabacanería y el lenguaje inapropiado de lo que este cronista llama la música chatarra, que inunda en todo momento espacios públicos y privados, centros gastronómicos, actividades festivas masivas y hasta cumpleaños infantiles, para promover, sobre todo en las nuevas generaciones, el mal gusto, o sea la preferencia por lo peor de la difusión musical.

Esa desventaja actual tendrá que desaparecer en algún momento. Así se puede prever cuando se aprecia a un pueblo disfrutando de una de las más emblemáticas agrupaciones musicales cubanas, que con su sonido y la cadencia de siempre,  se encargó de refrescar una noche calurosa de finales de junio.

Por eso los reconocimientos y flores que le entregaron a la emblemática agrupación diversas instituciones culturales, en nombre del pueblo espirituano. Cuando se trata de cubanía y alta calidad musical, ponle el cuño, que es la Aragón.