El primer vicepresidente de Cuba, Salvador Valdés Mesa, denunció este 19 de junio ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el asedio estadounidense contra la isla y su incidencia en el bienestar y la justicia social de sus ciudadanos.
Valdés Mesa
se pronunció en esos términos en la 108 reunión de la Conferencia Internacional
del Trabajo, que desde el pasado 10 de junio congrega en Ginebra a más de cinco
mil delegados de gobiernos, organizaciones sindicales y entidades empleadoras
de 187 países.
‘La imposición de medidas coercitivas unilaterales, contrarias al Derecho
Internacional y la Carta de las Naciones Unidas, es un mecanismo al que algunos
Estados recurren cada vez con mayor frecuencia’, avisó el alto dignatario
cubano.
Señaló que esas sanciones tienen un efecto muy negativo en
la vida de las poblaciones sobre las que se imponen.
‘El pueblo cubano ha tenido que resistir por casi 60 años el criminal bloqueo
económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra nuestro
país’, sostuvo.
Consideró ese cerco como el principal obstáculo al desarrollo de la mayor de
las Antillas y una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos
humanos de todo un pueblo, al obstaculizar mejores condiciones de empleo para
los trabajadores, sobre todo en materia de remuneración.
En opinión del dirigente, el bloqueo obliga al Estado y Gobierno cubanos a
realizar ingentes esfuerzos, en difíciles condiciones, para garantizar la
seguridad y salud en el trabajo, así como ofrecer a toda la sociedad una mayor
y mejor asistencia y seguridad social.
Indicó que esta realidad, lejos de solucionarse, se agravó tras la reciente
decisión de la administración de Donald Trump de recrudecer las sanciones
contra Cuba, con la activación del Capitulo III de la Ley Helms-Burton.
Aseguró que esa normativa extraterritorial, aprobada como
parte de esa Ley en 1996 pero suspendida hasta ahora por sucesivas
administraciones norteamericanas, constituye una aberración jurídica y carece
de toda validez.
Aludió, además, al anuncio por parte de Estados Unidos de otras medidas de
presión y hostigamiento económico, que también atentan contra el Derecho
Internacional y la libertad de comercio.
Con ello se busca internacionalizar el bloqueo, asfixiar nuestra economía y
ahuyentar al empresariado extranjero para que no invierta en el país, lo que
tiene un impacto muy negativo sobre la economía cubana, afectando seriamente el
comercio y la inversión extranjera, advirtió.
Valdés Mesa acusó a Washington de pretender con esta ley neocolonial ‘despojar
al pueblo cubano de sus recursos, de sus propiedades y de cientos de miles de
puestos de trabajo, con el empeño de arrancar concesiones políticas a la nación
cubana’.
Sin embargo, no logrará el propósito de rendir a nuestro pueblo ni doblegar su
voluntad de construir su propio futuro, afirmó en su intervención en el
segmento de alto nivel de la conferencia anual de la OIT, con sede en esta urbe
suiza.
Manifestó que el compromiso de Cuba con este organismo especializado de
Naciones Unidas y los derechos de los trabajadores se mantuvo invariable.
‘Como muestra de ello, nuestro país es Estado parte en los
ocho Convenios Fundamentales de la Organización’, recordó.
En otro tramo de su alocución expresó que el objetivo de construir una nación
cada vez más soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y
sostenible incluye el fortalecimiento de la promoción y protección de los
derechos de los trabajadores y las libertades sindicales.
‘Un ejemplo de ello es la nueva Constitución de la República, ratificada en
referéndum popular el pasado 24 de febrero mediante el voto favorable del 86,85
por ciento de los votantes’, destacó.
El primer vicemandatario apuntó que la nueva carta magna, entre otros avances
en el ámbito económico y social, fortaleció aún más el reconocimiento y la
protección jurídica de los derechos de todos los trabajadores, incluyendo los
del sector no estatal de la economía.
Reconoce el derecho al trabajo y a obtener un empleo digno; consagra que todas
las personas, sin discriminación alguna, reciben igual salario por igual
trabajo; y prohíbe el trabajo de las niñas, los niños y los adolescentes, dijo
sobre la ley de leyes.
‘Igualmente, reconoce y protege el derecho de los trabajadores al descanso, la
jornada laboral de ocho horas, el descanso semanal y las vacaciones anuales
pagadas; así como a la seguridad social cuando la persona se encuentre impedida
de trabajar por edad, maternidad, paternidad, invalidez o enfermedad’, añadió.
Al mismo tiempo, consagra la responsabilidad del Estado de garantizar el
derecho a la seguridad y salud en el trabajo; y de organizar instituciones y
servicios que apoyen a las familias trabajadoras, recalcó.
‘A su vez, el Código de Trabajo, adoptado en 2013, ratificó la protección de
las libertades sindicales, entre ellas la libertad de asociarse voluntariamente
y constituir organizaciones sindicales’, acentuó.
En Cuba, subrayó, la labor sindical es imprescindible para la realización de
los derechos de los trabajadores, y para el logro de los objetivos económicos y
sociales que como nación nos hemos propuesto.
‘Mostramos resultados relevantes en cuanto al acceso de la mujer al empleo. Las
mujeres, que constituyen la mayoría de la fuerza de trabajo en varios sectores,
gozan de iguales derechos que los hombres, incluido en el ámbito del trabajo’,
enfatizó.
Perciben salario igual por trabajo de igual valor; y se protege la maternidad
de la mujer trabajadora, con normas y políticas específicas.
‘Hemos continuado avanzando en materia del derecho a la igualdad, lo cual en el
ámbito laboral se ha expresado en mayores garantías para la no discriminación
por motivos lesivos a la dignidad humana’, manifestó Valdés Mesa.
El trabajo creador, el trabajo que no es producto de la explotación, el trabajo
en beneficio del trabajador y para beneficio del pueblo, es la función más
honrosa que pueda tener el hombre, concluyó parafraseando al líder histórico de
la Revolución cubana, Fidel Castro.
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