El pueblo de Cuba desfila este 19 de octubre por el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso como muestra de respeto a la artista más universal del país, recientemente fallecida.
Una fila de varias cuadras crece a partir de uno de los costados del coliseo habanero que fuera sede de muchos triunfos de esa artista y del Ballet Nacional de Cuba (BNC), la compañía que ella fundara en 1948 junto a Alberto y Fernando Alonso.
El interés espontáneo de un pueblo por pasar a ver por última vez a la legendaria bailarina demuestra la popularidad de una mujer que no se conformó con brillar en los grandes teatros del mundo sino que se ocupó de esparcir la danza por todos los rincones de su país, hasta los más humildes.
Personas de todas las generaciones pasan este sábado por delante de su féretro, algunas se asoman, otras simplemente le ponen una mano al ataúd y con la otra se secan lágrimas, tratan de no verla, prefieren recordarla vital, enérgica, como siempre se le vio.
Muchas se besan los dedos antes de tocar el sarcófago, Alicia despierta ese amor, aún en quienes no la conocieron personalmente.
La música de La muerte del cisne se filtra en ocasiones y los artistas continúan llegando y se abrazan, Alonso fue importante para todos, los mensajes de condolencias no cesan.
Hoy es un día triste para el mundo, pero ella siempre estará con nosotros, afirma la subdirectora artística del BNC y primera bailarina, Viengsay Valdés, lo dice y continúa secándose el llanto.
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