Cuba dedica importantes esfuerzos y recursos a combatir el tráfico y consumo de drogas, cuya producción a nivel mundial aumenta y con ello la mortalidad a causa de la drogadicción.
El último
informe de Naciones Unidas sobre el tema afirma que la producción de
estupefacientes creció un 50 por ciento.
El estudio da cuenta que en 2017 fueron registradas 585 mil muertes
relacionadas con el consumo de estupefacientes.
Según la ONU, el 5,6 por ciento de la población mundial entre 15 y 64 años
consume drogas, unas 271 millones de personas, lo cual representa un incremento
de 30 por ciento respecto a 2009.
Cuba no escapa a esta problemática internacional. El archipiélago cubano se
encuentra ubicado en una de las principales rutas entre países productores y
Estados Unidos, el mayor consumidor mundial.
Los servicios de Guardafronteras de Cuba y otras instituciones están alertas
ante este fenómeno. A las costas cubanas llegan los recalos de drogas y también
por los puertos y aeropuertos se producen intentos de introducir
estupefacientes.
Hace unos días especialistas aduaneros detectaron en el Aeropuerto
Internacional José Martí, de esta capital, 36 cápsulas de cocaína líquida que
había sido ingerida por un viajero extranjero.
Se trata de un incidente más de este tipo aparejado también al desarrollo
turístico y a la diversificación de las relaciones comerciales que ponen a Cuba
como punto de entrada o de tránsito de sustancias prohibidas.
En la frontera aérea se neutralizaron el pasado año 49 operaciones de intento
de introducción de drogas, la mayoría con el propósito de comercializarlas en
el país.
Noventa personas (54 cubanos y 36 extranjeros) fueron detenidas en 2018 en los
aeropuertos cubanos, sobre todo en el José Martí.
Recientemente el canciller Bruno Rodríguez subrayó los esfuerzos y resultados
en la prevención y combate al narcotráfico y lavado de dinero que conlleva.
El Estado cubano ha demostrado su voluntad política para la cooperación
internacional en la materia y para ello mantiene acuerdos con más de una
treintena de países.
También firmó acuerdos de asistencia jurídica con cerca de medio centenar de
Estados.
Cuba también está integrada al Mecanismo de Coordinación y Cooperación en
materia de Drogas entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe.
Pese al histórico diferendo con Washington y su permanente hostilidad marcada
por el bloqueo económico, financiero y comercial, La Habana mantiene un sostenido
intercambio de información y cooperación con el Servicio de Guardacostas de
Estados Unidos y sus instituciones antidrogas.
Estamos listos para combatir cualquier tipo de contrabando y el tráfico de
estupefacientes, y quede claro que cuando decimos tolerancia cero a las drogas
no se trata de un lema, es real, afirmó recientemente en conferencia de prensa
el jefe de la Aduana General de la República (AGR) de Cuba, Nelson Cordovés.
La lucha antinarcóticos se realiza en todas las categorías y diferentes
fronteras, dijo.
A lo interno se aplica un concepto integral que va más allá de lo penal y se
sustenta en acciones de prevención en barrios, centros laborales y de
enseñanza, sobre todo enfocado a los jóvenes, principales víctimas de la
drogadicción.
Cuba incautó el pasado año dos mil 438 kilogramos de sustancias psicotrópicas,
la mayoría mayoría marihuana procedente de recalos provocados por operaciones
internacionales de narcotráfico que no tenían a la isla como destino.
La cifra representa la menor cantidad de droga ocupada en los últimos tres
años, e incluye dos mil 071 kilogramos de marihuana, 363 de cocaína, tres de
cannabinoides, uno de crack y 0,15 kilogramos de hachís.
Según el Ministerio del Interior la reducción en la cantidad de droga interceptada
en 2018 no significó una disminución de los peligros regionales o desafíos
internos.
La realidad lo demostró. Entre enero y mayo de 2019 resultaron decomisados
siete mil 899 kilogramos de cocaína, 463 de marihuana y 314 de cannabinoide.
Así lo informó Moraima Rodríguez, directora de Enfrentamientos de la AGR.
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