A pesar de que sectores derechistas del viejo continente presentaron el texto en el debate de la Eurocámara titulado “Casos de violaciones de los Derechos Humanos, de la Democracia y del Estado del Derecho”, donde se muestra al ciudadano José Daniel Ferrer como un detenido político, decenas de representantes expusieron y defendieron las verdades de un país pequeño, que no compra conciencias y sabe agradecer a quienes prefieren andar por el camino de la dignidad y la razón.
La resolución que pide la libertad de Ferrer y acusa al gobierno cubano, fue condenada con cientos de argumentos en los cuales quedó expuesto el imperio de Washington como el único beneficiario de esta nueva trama de manipulación, en su empeño de destruir a la revolución que no ha podido doblegar 60 años después.
Contundente resultó la intervención del eurodiputado Mick Wallace, quien afirmó en la sesión que Ferrer es en realidad un instrumento para atacar a la nación antillana e impedir sus relaciones normales con Estados Unidos.
Para el irlandés, integrante de Independents 4 Change, de lo que se trata con esta maniobra, resolución de urgencia incluida, es de justificar nuevas sanciones contra un país bloqueado, blanco de la política de cambio de régimen promovida por la CIA y del siniestro plan de sembrar hambre y desesperación para lograr su objetivo.
La europarlamentaria portuguesa Sandra Pereira calificó la resolución aprobada de un ejercicio lamentable y una injerencia en los asuntos internos de la isla y su pueblo, violando de manera clara el Derecho Internacional y los principios de la ONU.
Varios eurodiputados expresaron particular rechazo al discurso de colegas de la derecha y a un punto de la resolución, atribuyendo a Cuba una alegada interferencia en América Latina, precisamente uno de los pretextos preferidos por Washington para recrudecer su bloqueo y su agresividad.
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