Entre las novedades que traerá el Campeonato Panamericano en Lima, Perú, del 25 al 27 próximos estará el regreso al tatami de Dayaris Mestre Álvarez, luego de casi tres años de ausencia.
Eran los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y un fallo táctico la sacó del camino a las medallas. Pasada la turbación por el quinto lugar, la muchacha de la barriada de Jesús María fue categórica: “Regresaré, pero antes seré madre”.
Y cumplió las dos promesas. Con Dasniel Julio Toledo, su hijo de siete meses, Dayaris volvió a los entrenamientos a fi nes de enero con casi 15 kilogramos por encima del peso que la encumbró como campeona panamericana en Toronto 2015. “Siempre dije que iba a regresar cuando pariera. Lo más importante fue batallar por bajar de peso, hasta llegar a los 48; ha sido muy duro, cuando entré al colchón no podía ni levantar los pies para correr”, cuenta del otro lado de la línea telefónica desde la capital cubana, mientras su mamá cuida del pequeño.
“En la maternidad aproveché para descansar. Esto representa un sacrifi cio muy grande. Han hecho un fuerte trabajo aerobio conmigo, además de una dieta especial, ya no estoy como cuando me viste allá en Sancti Spiritus a principios de año”, y sonríe al detallar todo lo que debió dejar de comer por la conquista de un sueño.
Quiere, eso sí, probar a “quienes tuvieron la deferencia de darme esta oportunidad que sí puedo, si me ubico entre las ocho primeras”.
Es consciente de que tiene otros rivales, además del tiempo lejos del colchón. Sus 32 años y la permanencia de varias de las que fueron sus más enconadas contrincantes antes de la parada maternal: “La mayoría son atletas que conozco: la argentina Paula Pareto, la brasileña Sara Menezes; es una tarea dura, pero no tan difícil”, apunta.
El tiempo pasó, pero dejó incó- lume su palmarés: dos participaciones olímpicas, títulos en los Centroamericanos y del Caribe 2006 y 2014, plata en los Panamericanos de Guadalajara 2011, dos platas y cinco bronce en torneos Grand Slam y Grand Prix y una presea de cada color en Copas del Mundo, tres metales dorados, cuatro de plata y tres bronceados en torneos continentales de su deporte, casi una veintena de preseas en diferentes torneos foráneos, sin descontar cinco títulos nacionales, cuatro subtítulos y un bronce.
Volver a los colchones es la primera victoria. Llegar a Lima para defender su corona de Toronto 2015 sería un suceso memorable. El Panamericano no es la última opción, pues aún queda la Copa Panamericana en Panamá; mas, sí es la que la pondrá frente a frente con el rival más complejo: ella y la voluntad del regreso. “No soy la Dayaris que se quedó en Río de Janeiro, pero regreso con muchas ganas y motivada por mi hijo, mi principal fuente de inspiración”.
Quiere más. Tanto como llegar a las Olimpiadas de Tokio. “Tengo que acumular puntos en el ranking donde no estoy, esta división no tiene puntos y quiero retirarme con una medalla olímpica”.
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