Miles de vidas se van en bocanadas de humo, y en Sancti Spíritus hay realidades demasiado elocuentes. En el territorio, los tumores malignos ocupan el primer lugar entre las 10 primeras causas de muerte, y la tasa de mortalidad por tipo de cáncer más elevada corresponde a los tumores de tráquea, bronquios y pulmón, atribuibles en su mayoría al hábito de fumar.
Las cifras figuran así, en blanco y negro, en el Anuario Estadístico Provincial de Salud del 2018, el cual da señales de alerta para los municipios de Taguasco, Sancti Spiritus y Jatibonico, con una alta incidencia de afecciones oncológicas.
El documento es aún más explícito. En los hombres las localizaciones suelen ser más frecuentes en labios, cavidad bucal, laringe y faringe. Otro elemento que merece colocarle asterisco: las defunciones por enfermedades crónicas de las vías respiratorias van en ascenso en los últimos cinco años en la provincia.
Dicho, y no entre líneas, el cigarrillo cercena cientos de vidas y, paradójicamente, el hábito no acaba de apagarse.
Según especialistas a cargo del Programa Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo en el territorio, solo en Sancti Spíritus se registran más de 240 500 fumadores dispensarizados. Preocupa en demasía que más del 15 por ciento de esas personas consumidoras de tabaco son adolescentes y jóvenes.
Evidencias científicas lo ratifican. Esta constituye una de las problemáticas de salud más complejas globalmente; pero si se trata de poner el dedo en la ceniza ardiente cabría preguntarse cuántas muertes llevan a cuestas las brechas aún existentes entre promoción y prevención de salud, la impunidad contra los fumadores en lugares públicos y contra quienes venden cigarrillos a menores.
Si las tendencias de esta epidemia indican que para el 2020 más de 10 millones de personas morirán a causa del tabaco —la mitad de ellas durante su madurez productiva—, entonces lo ideal sería, de una vez y por todas, decretarle la defunción al mal hábito de fumar. Hasta las enciclopedias médicas arden de tanto desoírse la frase Respiremos un mundo libre de humo de tabaco.
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