El escritor y periodista canadiense Arnold August denunció este 31 de enero en La Habana en la IV Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo la política injerencista de Estados Unidos contra Cuba, la cual enmarcó en la hostilidad de Washington en la región.
En declaraciones a Prensa Latina, el ensayista advirtió que el Gobierno de Donald Trump insiste en su agresividad hacia la isla, que incluye la desestabilización y la manipulación.
Estados Unidos lidera en estos momentos una guerra política contra Cuba, distinta a la guerra ideológica de la anterior administración, la de Barack Obama, pero la esencia es la misma, precisó en el Palacio de las Convenciones de La Habana, donde sesiona el foro de cuatro días que culmina hoy.
De acuerdo con August, continúan las calumnias y las mentiras en torno a la realidad de la mayor de las Antillas, con argumentos como que no hay elecciones ni democracia.
Se trata de un escenario que forma parte del intento estadounidense de controlar América Latina, donde la Casa Blanca es enemiga de los países progresistas y busca desestabilizar a sus pueblos, subrayó.
El escritor canadiense, un apasionado de la isla caribeña y su gente, opinó que pese a la hostilidad anticubana del Gobierno de Estados Unidos, en ese país existen muchas voces contrarias al bloqueo económico, comercial y financiero, un cerco vigente por casi seis décadas.
También hay sectores en la nación norteña, entre ellos el turístico, que presionan por mejorar las relaciones bilaterales, dijo.
Para August, una de las fortalezas de la Revolución cubana para enfrentar las políticas hostiles desde Washington es el compromiso de la juventud y su disposición a defender el proceso que comenzó el 1 de enero de 1959.
Al respecto, destacó la importancia de que en momentos cruciales para el país, los jóvenes defienden la cultura y la soberanía nacionales.
Tuve la oportunidad de realizar en septiembre y octubre pasados una gira por varias universidades de la isla, durante la cual dialogué con jóvenes y pude comprobar su claridad política y compromiso en la lucha contra las agresiones ideológicas, y esta experiencia directa me permite tener más confianza en las nuevas generaciones, expuso.
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