A poco más de un mes de inaugurada, en la moderna Terminal de Ómnibus Nacionales de Sancti Spíritus se han detectado varias indisciplinas sociales e intentos de robo en algunas de sus áreas, hechos que afectan la calidad de los servicios y la conservación del inmueble, construido a un costo superior a los 6 millones de pesos.
El intento de robo de herrajes en los tanques sanitarios, latiguillos, llaves, luminarias y espejos en el área de los baños, figuran entre las indisciplinas más significativas. Aunque también han existido daños al mobiliario por la colocación de equipajes pesados sobre el mismo, su utilización como camas y el derramamiento de líquidos encima de ellos.
En declaraciones a Escambray Miguel Castro Piña, director de la Unidad Empresarial de Base Ómnibus Nacionales en la provincia, explicó que además se han detectado ingestión de bebidas alcohólicas en los salones de espera y vertimiento de desechos sólidos en el piso a pesar de la presencia de cestos para ese fin, entre otras indisciplinas.
“Las cámaras instaladas —dice Castro Piña— que abarcan toda el área interna de la terminal y hasta más de 100 metros en sus alrededores, también han permitido detectar violaciones del personal del sector, entre ellas mala manipulación de bultos, ineficiente chequeo de las capacidades disponibles en los carros que entran a la terminal, maltrato a los usuarios e inadecuada información. Además, incumplimientos del reglamento por parte de los trabajadores de la cafetería o en los puntos de venta de las cadenas al depositar los desechos en el exterior del local y no en las áreas habilitadas para ello”, aseguró el propio director.
Ante tales indisciplinas la dirección de la instalación y de la UEB Ómnibus Nacionales ha aplicado a los infractores del sector el cierre del contrato, el descuento de un por ciento del salario por un período determinado o amonestaciones públicas, entre otras medidas administrativas.
Duele ver cómo un lugar tan bello tiene una cafetería que «para sus servicios» por cambio de turno y no te pueden dar ni un refresco con el dinero exacto. No hermanos spirituanos, no permitan ese agravio.
Me pasó el pasado 13 de agosto cuando la guagua de Hab-CAV pasó por su terminal sobre las 6pm.
Acabo de pasar, un mal rato, por la flamante nueva terminal de Santi Spiritus. Muy bella, desde lejos.
Entré a la cafeteria, que tiene tanta iluminación que molestaba. En la pizarra tenían entre otras cosas pan con jamón, con queso, con queso crema y con queso fundido y el famoso y venenoso refresco instantáneo Corakan o como se le llame, que no acaban de desaparecer de los establecimientos públicos.
Todo a precios módicos.
Pedí pan con jamón, con queso y con queso crema paea combinarlos en uno.
Otros hicieron sus pedidos y todos los pedidos vinieron en un sólo, y horrible, plato de barro que no lavaban porque según la empleada no tenían más platos.
El pan, como todo pan que se respeta en Cuba era desechable, era antipan que se desmoronaba al cogerlo, como el repello de las paredes en las nuevas construcciones. El contenido eran muestras de jamón y queso tan delgadas como telas de mosquitero de gasa a una por pan. El queso crema todavía lo estoy buscando.
Al vaso de barro de mi compañero de viaje le faltaba un pedazo. Pidió una caja de cigarros a 5 pesos y, a pesar de que estaba en la tablilla, le dijeron que no habían.
La propina si no andas claro la cogen de oficio.
En la de Ciego, que solo tenían pan con jamón, se ahorran los platos y pinzas. En una bandeja grande ponen una montaña de pan que la empleada se encarga de repartir y cobrar a manos peladas, o para mayor comodidad, de ella, le pide a los clientes que los cojan, no importa si vienen del baño o del servicio. La malta y el refresco a precios de CUC y el agua embotellada solo en botellas de 1 litro. Si usted le reclama se disgusta.
Y todo esto a pesar de la Resolución 54 del MINCIN que nadie quiere respetar.
En la de Holguín, en vez de un cuidador de baños tienen un perro de pelea suelto a la entrada de estos que lucra con las necesidades fisiológicas de los otros. Los choferes no pagan.
Siguen sin teléfonos públicos en el anden y se hace difícil conseguir alimentos despuésde determinada hora.
Se puede gastar o malgastar todo el dinero del mundo pero si no se logran satisfacer las necesidades mínimas de los clientes con la mayor y mejor calidad ese dinero es dinero tirado al inodoro.
Sugiero que el uso de los baños públicos en las terminales esté incluido dentro del mal servicio de transporte y que la EON disponga de sus propios establecimientos de gastronomía que les proporcionaría nuevos ingresos y garantía de clientes. La gastronomía de Comercio es un asco, no importa desde donde la mire.
Un mejor país es posible.