“De Camilo se ha hablado mucho, sobre todo de su accionar guerrillero, de sus hazañas poco menos que increíbles, pero muy escasas personas conocen su proyección en el ámbito social, sus realizaciones y planes perspectivos que ya encaminaba en el momento de su desaparición, cuando apenas llegaba a su fin el décimo mes de la Revolución triunfante”, nos dice Gerónimo Besánguiz, director del Complejo Histórico que lleva el nombre del querido Comandante.
Baste decir —apunta— que cuando se le confirma que, en lugar de continuar con su Columna No. 2 Antonio Maceo la invasión hasta Pinar del Río debe permanecer en el norte de Las Villas; él, con apenas 26 años, se dedica a estudiar de inmediato la situación social imperante en toda la zona de Yaguajay y parte del territorio Villareño, como Buenavista, Carrillo y otros puntos, donde existían cinco centrales y una numerosa masa obrera.
¿Esto tiene que ver con el Congreso Obrero que se efectuó más tarde en General Carrillo?
Sí, se habla a veces del Congreso Azucarero efectuado en Carrillo sin conocer sus antecedentes, que los hubo, porque estaba la situación social de los trabajadores del sector, y el hecho de que los dueños de las grandes colonias engañaban al fisco y, por ejemplo, los había que poseían 300 caballerías sembradas de caña y pagaban por 80. Luego, cuando los rebeldes les pidieron colaboración, ellos se negaron y Camilo les aplicó impuestos de guerra.
Fue un trabajo intensivo desarrollado en medio de la lucha guerrillera. Camilo, a través del frente obrero, empezó a organizar los sindicatos en todas las colonias y se inició en Yaguajay un proceso de plenarias para ver lo que planteaban los trabajadores. En total se hicieron tres plenarias grandes y el proceso concluye con ese Congreso Obrero en diciembre de 1958 en Carrillo, al que asistieron delegados de todo el país, excepto Oriente.
¿Es decir, que la proyección social de Camilo en esta etapa fue fundamentalmente hacia los trabajadores azucareros?
Yo diría que abarcó a todos los sectores, pues Camilo estaba pendiente de todo y tuvo una relación muy intensa con el pueblo de Yaguajay. Por ejemplo, un día vinieron a donarle unos fondos destinados a las parrandas de diciembre de 1958, porque ese año, por la situación de guerra, no se iban a efectuar. Él se interesó mucho acerca de cómo era esa tradición, que si eran parrandas como las de Bejucal y todas esas cosas que denotaban que tenía un marcado interés por el pueblo y sus costumbres, creencias y tradiciones.
Y esa sensibilidad la tenía a flor de piel, era innata en él, como cuando en plena batalla de Yaguajay ayudó a una señora mayor a pasar la calle y buscar refugio, y está el caso del niño Frenes, al que una bala mató durante los combates y Camilo organizó el mortuorio y escoltó el cortejo hasta el cementerio. Luego le dio a la madre un documento para que cobrara una pensión vitalicia como damnificada de guerra.
Se sabe que esa obra continuó luego del triunfo, pese a las muchas tareas de Camilo y el poco tiempo de que disponía. ¿Puede citar algunos ejemplos?
Los ejemplos son muchos, como es el caso de que en marzo de 1959 manda a hacer un estudio de las potencialidades turísticas de Yaguajay que, entre otros objetivos, se proponía eliminar los pisos de tierra en las casas de los campesinos y resolver el arreglo de los viales, la electricidad y el alcantarillado en todo el municipio.
A ese proyecto turístico, que su desaparición truncó en aquel momento, se vinculaba un coto de caza en Bellamota, donde había una especie de nafta natural que Camilo pensaba que se podía explotar y aprovecharla para hacer pinturas y otros productos. Él quería vincular esto al balneario de San José del Lago, que conocía bien desde antes de la guerra por su relación con el dueño.
Y fue idea de Camilo incluir en ese gran proyecto turístico y de desarrollo de esta comarca los 10 cayos de piedra existentes frente a nuestra costa y hasta hacer una cooperativa pesquera por el área de Vitoria.
En uno de sus recorridos llega a Meneses y los vecinos le dicen que los niños del lugar no cuentan con una escuela decente, a lo que él responde con la promesa de edificarla tan pronto resultase posible. Él desaparece y cuando Fidel llega a la localidad la gente le comenta la promesa de Camilo, a lo que el líder histórico de la Revolución replica que si Camilo planteó eso, pues era un compromiso de la Revolución hacerlo realidad.
Fidel recorre la población y se percata de que no tenían policlínico ni fuentes de trabajo para las mujeres y entonces, además de la escuela, que lleva el nombre glorioso de Héroe de Yaguajay, el Comandante en Jefe ordena construir el hospital que hoy existe allí y el atelier, y luego vino a inaugurar personalmente el plantel escolar que, a lo largo de los años, ha cosechado numerosos logros.
En los días finales de la guerra, Camilo llegó a conocer íntimamente a la gente de Juan Francisco, personas muy humildes que mantuvieron firme el ideal socialista desde los tiempos de la alcaldía comunista de Yaguajay, y se propuso hacer una comunidad moderna de aquella sucesión de bohíos precarios y dispersos, y la comunidad se hizo con un modelo de casas de dos y tres pisos, con la tienda, el Círculo Social, un parque, hospital, una escuela y otras condiciones que los lugareños ni siquiera soñaron que tendrían un día.
Pero Camilo trabajó muy duro en otras partes, principalmente en La Habana desde su alto cargo…
Eso es cierto, fíjate que dije que pondría solo algunos ejemplos relacionados con Yaguajay, porque hay cientos. Camilo es el hombre que expulsa las misiones militares yanquis de Cuba, que inicia la transformación del ejército, que derriba la posta 6 de Columbia, para convertir la antigua sede del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de la tiranía en el mayor centro escolar de Cuba.
Hay, además, algo que muy pocos compatriotas saben, y es que Camilo auspicia la primera película cubana en la Revolución, que realmente es un documental: Esta tierra nuestra. Ahí busca a Tomás Gutiérrez Alea y a varios directores noveles de cine, trae por avión a gente oriunda de la Sierra Maestra, y hace esas escenas de desalojo, de los campesinos atropellados por la Guardia Rural, que tanto impresionaron en su momento.
Pero Camilo, además, fue el que sacó el ballet de los teatros y lo llevó por las zonas rurales. A Carlos Puebla, cantor de la Revolución, lo vio un día en La Bodeguita del Medio, y tanto le gustó su arte que le dio un papelito y lo mandó a la radio, donde se dio a conocer en toda Cuba y en el extranjero.
Debemos recordar que Camilo vivió solo 301 días después del triunfo y que el 5 de enero, en pleno trayecto de la Caravana de la Libertad hacia La Habana, Fidel lo nombra jefe del Ejército. Es a él a quien Fidel pregunta en Columbia: “¿Voy bien, Camilo?” (*). Sobre eso el Che escribiría después y puntualiza que esa interrogante no fue hecha a la persona que por casualidad estuviera a su lado. El afirmó que esa pregunta “fue hecha al hombre en que Fidel confiaba más, quizá, que en ninguno de nosotros”.
(*) En su primer discurso en La Habana, en el polígono del campamento militar, el 8 de enero de 1959, día de su arribo al frente de la Caravana de la Libertad
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