Con la misma naturalidad y sonrisa de oreja a oreja con la que seduce en la televisión, Blanca Rosa Blanco generó un tsunami humano en Sancti Spíritus. Quienes se le acercaron —muchas personas y de diferentes edades— palparon de cerca a una mujer humilde, espontánea, comunicativa, dispuesta al diálogo, a las fotos y besos sinceros, gestos que rompen esa fría relación mediada por la pantalla chica o grande y te presentan sus más íntimas esencias.
Tras tres años de su última estancia en este territorio, la intérprete de Mónica, la mayor de Tras la huella, apostó por un retorno y por la puerta ancha ya que decidió hacer dos presentaciones únicas de su premier como directora.
“Para mí es un privilegio que hayan decidido invitarme. También es una iniciativa personal de llegarme hasta un lugar donde no siempre están los espacios para el intercambio. Quisiéramos abrir un poco los caminos en ese sentido y El regreso se presta para ello por ser del género policíaco, que tanta demanda de público tiene. Por eso, creo que el regreso a esta tierra tiene un sentido muy especial”, expresó.
Una idea que recibió la ovasión de diferentes generaciones, tanto en Trinidad, adonde fue invitada como parte del programa de acciones por la celebración de los 505 años de la villa, como en la ciudad del Yayabo, donde logró que la sala del cine Conrado Benítez se hiciera pequeña.
“Hay momentos en que una pierde las esperanzas porque llega a los lugares y están vacíos. Las películas se hacen con mucho trabajo y el público necesita disfrutar de un producto de óptima calidad. Me voy a encargar de hacer lo indecible para que las salas fuera de La Habana tengan las mismas oportunidades que las de la capital. Tienen las condiciones, están conservadas, cuidadas”, afirmó quien compartió la dirección y guion del filme con Alberto Luberta.
Y en ese diálogo directo en esta tierra, Blanca Rosa redescubrió entornos, vivió el calor humano que desprenden las ciudades pequeñas, agradecidas siempre de oportunidades no habituales como las que ella nos regaló.
“La villa de Trinidad es una maravilla. Pregunté si siempre es así o es porque están en Semana de la Cultura, porque aquí se siente una energía muy positiva. Sancti Spíritus es un poco más ciudad y eso hace que su ritmo sea más apresurado y tenga mayor presencia de las manifestaciones artísticas”.
¿Por qué apostar por el género policíaco para dar los primeros pasos como directora audiovisual?
“Los 10 años que estuve trabajando en el policíaco de la televisión me permitieron estar expuesta al público de manera permanente porque filmamos en locaciones donde estás interactuando constantemente. Al escucharlos me di cuenta de que necesitaban una película de ese tipo. Me dije: ¿por qué no abrir un tanto el abanico ya que yo soy también consumidora del cine de siempre? Corrimos el riesgo, seguros de que ese público no nos iba a traicionar y hasta ahora ha respondido como imaginamos”.
¿Será Blanca Rosa una artista solo de y para policíacos?
“No es lo que solo quiero hacer. Resulta una ventana que se abrió de una casa muy grande que tengo en mi cabeza y vamos a andar hasta que podamos abrir otra con diferente perspectiva y género. Nuestro anhelo es hacer cine, recuperar el entretenimiento, el espectáculo visual”.
¿Enamorada de la dirección?
“Absolutamente, sobre todo de los actores, la puesta en escena, ese trabajo directo con el director de fotografía Alexander González, para quien también este es su primer trabajo. Resultó muy compleja la dualidad de interpretar el protagónico y dirigir, por eso invité a Luberta”.
Aunque aún el estreno de El regreso, de acuerdo con el circuito programado por el Instituto Cubano de Arte e Insdustria Cinematográficos (Icaic), no se ha matearilizado y solo se ha visto en algunas salas capitalinas en una primera presentación y ahora en Sancti Spíritus y Holguín, la cinta ha tenido muy buena acogida.
“Creo que ha habido un momento de madurez de la crítica que me ha seguido durante muchos años y que me acoge hoy con otra perspectiva. Confío en el respeto mutuo de valorar una obra con sus defectos y virtudes. Esas opiniones nos hacen trabajar mejor”, alegó.
Pero más allá de una fotografía de lujo, una banda sonora exclusiva con los acordes de David Blanco, un ritmo sostenido con picos de alta tensión como el género policiaco exige, El regreso tiene como valor agregado el tratamiento de un tema no pocas veces develado en el cine: la denuncia a la violencia contra la mujer y las niñas.
Patricia, la oficial protagónica del largometraje, insiste en descubrir a quién desde hace 15 años en Matanzas ha violado a diferentes mujeres, quienes muchas veces prefieren callar para no ser incomprendidas por la sociedad. De esa forma trata de saldar una deuda personal con Mariano, quien fue declarado culpable y ella está segura de que es inocente.
“Pretendimos poner al desnudo el silencio de las mujeres que son agredidas, que se conforman con el hecho de ser juzgadas, que no dan el paso cuando eso sucede. La película da un no al silencio. Reflexiona sobre las consecuencias de esa decisión de callar”, añadió Blanca Rosa.
Pero también convida a la reflexión de otras realidades sociales que hoy buscan ser revertidas en ese afán de construir una Cuba más justa y equitativa.
“Hay personas que me han comentado que roza un poco en cómo se ha sancionado a personas inocentes porque han pesado los estereotipos. Presentamos tipos de familias que hoy están a nuestro lado, situaciones del día a día”.
¿Proyectos?
“El año pasado, como actriz, terminé la película sobre Julián del Casal bajo la dirección de Jorge Luis Sánchez. Le tengo mucha fe por lo que significó para mí. Como realizadora tengo muchas cosas en la mira, entre las que se destaca un proyecto de documental”.
Soy una gran aficionada de Blanca Rosa, pero realmente y para ser sincera esta pelicula » El Regreso» no me gusto mucho. No por eso quiero dejar entender que su trabajo no es bueno, ni que ella no es buena Directora de audiovisuales, simplemente es cuestión de gustos.