El tren que se “voló” a Sancti Spíritus (+fotos)

Pareciera que a Sancti Spíritus le colocaron un dedo encima cuando los decisores del Ministerio del Transporte y la Unión de Ferrocarriles de Cuba analizaron, ante el mapa ferroviario, los sitios donde pararía el nuevo tren que atraviesa el país desde La Habana hasta Santiago de Cuba y viceversa.¿Será que el calificativo de provincia puente, que ganamos hace años, cuando los espirituanos sufrían porque las giras de artistas nacionales saltaban de Villa Clara a Ciego de Ávila y de Ciego de Ávila a Villa Clara, obviando la tierra del Yayabo, también es aplicable en este caso?

Esperanzados estaban los que en esta región pensaban recibir las bondades del tan esperado y promocionado medio de transporte, que por su confort figura como el más completo del ferrocarril cubano, ideal para trasladarse en familia, a precios módicos y con varios servicios a bordo, incluido el de cafetería, que hacen el viaje mucho más placentero hasta el oriente o el occidente del país.

Previo a esta apertura, Sancti Spíritus desplegó un montón de acciones a favor de la estación ferroviaria de Guayos, considerada la más importante de la provincia y una de las tres del territorio por donde pasa la Línea Central, una remodelación que incluyó trabajos valorados en casi 200 000 pesos, los cuales abarcaron la vía de acceso, la cafetería, el salón de espera, el servicio expreso, las taquillas, baños, áreas exteriores y cerca perimetral.

“El ferrocarril cubano construye su presente y se prepara para el futuro”, aseguró la viceministra primera del Transporte Marta Oramas Rivero, al asistir a la reapertura de la obra, cuyo estado general elogió en fecha tan cercana como mayo pasado.

De muy poco valió este esfuerzo, pues hasta los días de hoy en Guayos no se puede tomar el susodicho tren, aunque circule a escasos metros del andén, e incluso desde aquí tampoco los espirituanos tienen capacidades reservadas para abordar ninguno de los restantes medios que vienen del oriente hacia la capital del país.

¿Fatalismo geográfico? Es para sospecharlo, pues Cienfuegos, por donde no pasa la Línea Central y mucho menos el tren Habana-Santiago de Cuba, sí dispone capacidades habilitadas en dicho medio de transporte y sus viajeros pueden reservar para abordarlo en la estación de Santa Clara, además de contar con una guagua que los lleva desde la Perla del Sur hasta dicha unidad de ferrocarril.

Desde que comenzó a circular el tren, hace casi 15 días, e incluso antes, los reclamos de los espirituanos han sido constantes, utilizando diversas vías para manifestar su inconformidad: las redes sociales, la Emisora Provincial, el Portal del Ciudadano, las tertulias de cada esquina.

El propio conductor del programa de la televisión Mesa Redonda aseguró a propósito que la única insatisfacción planteada hasta ese momento con el nuevo servicio era la de Sancti Spíritus, por no tener una parada planificada en estos predios a pesar de que el tren pasa por nuestras narices.

Desde entonces Escambray ha venido insistiendo de manera infructuosa con directivos de la Unión de Ferrocarriles de Cuba en la provincia, con el Consejo de la Administración Provincial, con integrantes de la Dirección Provincial de Transporte y hasta con los decisores del nivel central sin lograr ni una sola explicación al respecto, aunque esta haya sido prometida más de una vez por escrito u oralmente.

Con paradas programadas en Matanzas, Santa Clara, Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas, Holguín, Bayamo y Santiago de Cuba; con una travesía por la barriga misma de la provincia y con una terminal prácticamente de estreno, pareciera un sinsentido que el nuevo tren se “vuele” olímpicamente a Sancti Spíritus y que los viajeros de esta provincia que deseen abordarlo tengan que trasladarse por sus medios hasta Ciego de Ávila o Santa Clara, ambos puntos a casi 80 kilómetros de distancia, para “luchar” allí una capacidad.

Que otros trenes tengan paradas programadas en la estación de Guayos —Habana-Bayamo-Manzanillo, Santiago de Cuba-Villa Clara, Habana-Holguín y Habana-Sancti Spíritus— no constituye un argumento sólido, en tanto también lo hacen en las restantes provincias y ninguno de ellos se acerca en calidad y confort al Habana-Santiago.

Ya que no han podido subirse al nuevo tren, los espirituanos al menos merecen una explicación convincente, que a lo mejor existe, pero que, por lo visto, hasta este minuto también ha pasado de largo.