Nuestro rotativo cumple 40 años de su salida oficial a las calles espirituanas y la joven provincia de Sancti Spíritus, entonces de solo tres años de nacida, se congratuló por el hecho de contar con un periódico, lo que, al decir de Joaquín Bernal Camero, el entonces primer secretario del Partido en el territorio, constituía un complemento indispensable sin el cual era prácticamente imposible concebir la nueva entidad geográfica.
En estos días tan significativos, no puedo menos que evocar algunos antecedentes de mi estreno como miembro del colectivo encargado de dar vida al nuevo periódico.
Recuerdo que, a finales de octubre de 1977, recién graduado de licenciado en Historia en la Universidad de La Habana, vine a Sancti Spíritus con el propósito de recoger mi expediente en la Dirección Provincial de Trabajo. El objetivo era regresar a la capital con el documento y presentarlo en la agencia noticiosa Prensa Latina, donde solo faltaba ese trámite para que se me acogiese en la plantilla.
No obstante, me encontré en la calle con mi condiscípulo de preuniversitario, Osvaldo Rodríguez —graduado ese año de Periodismo en el mismo centro de estudios—, quien me espetó sin protocolo que aquí se estaban preparando condiciones para la creación de un periódico provincial y que necesitaban graduados universitarios de la rama de humanidades. Le dije que lo pensaría.
Horas después me abordó mi vecino Raúl García Álvarez, periodista empírico por entonces de la emisora Radio Sancti Spíritus y el villaclareño periódico Vanguardia, con igual propósito. Llevado por la presión de mi madre, quien no quería que me quedara en La Habana, busqué a Osvaldo y este me llevó a ver a Fe Dora Fundora Cruz, designada por el Partido para dirigir el nuevo órgano de prensa.
De inicio fui invitado para la que sería la reunión constitutiva del colectivo del periódico, la cual se efectuó el 25 de noviembre de 1977 en la antigua sede del Partido en el territorio, en la calle Independencia, presidida por el miembro del Buró, Pedro Rodríguez Díaz. Fue una oportunidad para que los futuros hacedores de Escambray pudiéramos vernos las caras y empezar a conocernos.
Por esos días abundaron encuentros, conferencias y clases. Las primeras lecciones de periodismo básico estuvieron a cargo de los periodistas Osvaldo Rodríguez, Raúl García y Octavio Borges Pérez, graduado hacía un año en la Universidad de La Habana. Poco después llegó Rafael Lechuga Otero, profesor de Periodismo de la Universidad de Oriente, quien con método y didáctica profesionales se esforzó por hacernos asimilar los rudimentos de este bello y responsable oficio.
Transcurrido algún tiempo recibimos a Guillermo Lagarde, quien dio un giro radical al objeto de sus intereses, al dejar su sección fija dominical “Desapolillando archivos”, en Juventud Rebelde, para dedicarse a algo tan edificante como forjar periodistas para un órgano que aún no existía y ni siquiera tenía nombre.
Ducho en las diferentes responsabilidades en un diario, que ejerció en distintos periódicos habaneros, Lagarde exigía que cada cual se desempeñase tal y como debería hacerlo cuando contásemos con el nuestro. Así, había que buscar noticias y recoger elementos para confeccionar trabajos periodísticos de diferentes géneros. Las informaciones se remitían por teletipo a la emisora Radio Sancti Spíritus y al rotativo Vanguardia, de ahí que nuestra labor resultara doblemente útil, pues esos y otros trabajos los utilizaba Lagarde todas las tardes para emplanar el futuro Escambray.
Por fin, el 4 de enero de 1979, Escambray salió a la venta, inaugurando una nueva era en el campo informativo en la joven provincia de Sancti Spíritus. Para este redactor han sido desde entonces 40 años de duro bregar, de momentos gratos y de sinsabores, como puede experimentar un padre a lo largo de la crianza de su hijo.
Aquí conocimos el desvelo de innumerables madrugadas durmiéndonos de pie. Fueron muchos meses y años llegando tarde a nuestra casa, muchas veces a la hora del noticiero o de la novela, con lapso reducido para el aseo y la comida, con un rato apenas para estar con los hijos. Por entonces yo tenía como promedio tres noches ocupadas a la semana y debía laborar todos los sábados y muchos domingos.
A poco de empezar Escambray no tardamos en entender el sentido de lo expresado por el ya fallecido Lagarde, cuando dijo que el de periodista es un oficio bonito, pero sacrificado. ¡Cuánta alegría cuando nos felicitan por un trabajo que nos quedó bueno! ¡Y cuántos sinsabores cuando nos recriminan por otro que no salió bien, o donde se escapó una errata!… Pero este es nuestro periódico, esta es nuestra profesión y esta nuestra trinchera donde día a día defendemos la Revolución y el socialismo. Y de ello siempre nos sentiremos orgullosos.
Gracias Pastor por reglarnos tan lindos recuerdos que valdría la pena recoger en algún libro donde los testimonios de quienes estuvimos involucrados en aquella epopeya (sí, ese es el término exacto) ofrezcan sus versiones, pues cada cual estuvo en un papel protagónico en lo que constituye hoy un orgullo del periodismo espirituano.
Muchas anécdotas, unas tristes y otras simpáticas, llenarían las páginas de un texto para que las actuales y futuras generaciones sepan de dónde vienen y asegurar así saber adónde van.
Como historiador, debías ser tú el que hiciera la labor de recoger lo que cada cual tiene que contar. Te lo dejo de tarea para la casa jajajajaja.
Un abrazo hermano y la alegría de remontarme a aquel día de enero de 1979, cuando esperé mi cumpleaños 25 junto a ustedes, embarrados todos de tinta y con el primer ejemplar de Escambray en las manos: excelente regalo para un bisoño de la profesión.
Hasta ahora no había visto esta crónica tuya, pero aunque pasaron otros tres aniversarios, el recuerdo no envejece.
Un abrazo para tí, el colectivo actual del Escambray, los fundadores y mi pensamiento también lo extiendo para quienes ya no están entre nosotros.
Osvaldo Rodríguez
Un Gran Saludo a Pastor por tantos años de Obra, uno de los grandes periodistas que ha dado esta revolucion, que continue muchos años mas en esta noble labor, y tambien agradesco al Periodico Escambray por tener siempre presente estas acciones de reconocimiento sobre sus trabajadores un saludo.