La creación de más de medio centenar de rutas turísticas, la reanimación agropecuaria de la planicie, así como los avances en la recuperación de las casa-haciendas y de otros inmuebles constituyen resultados del Programa de rehabilitación integral del Valle de los Ingenios, de Trinidad, a la vuelta de una década de su existencia, destinado a potenciar las riquezas patrimoniales a favor de la industria del ocio y el mejoramiento de las comunidades rurales localizadas en esa extensa llanura.
El delegado del Ministerio del Turismo (Mintur) en Sancti Spíritus, Reiner Rendón Fernández, aludió al diseño de 53 rutas turísticas, confirmatorias de los inmensos valores históricos, culturales, sociales, paisajísticos y naturales, en general, del Valle, que en 1827 llegó a fabricar 640 000 arrobas de azúcar en sus 56 ingenios, producción sin antecedentes para la época en ningún otro sitio del planeta, según fuentes historiográficas.
Rectorado por el Mintur, el programa de rehabilitación de esa área geográfica ha jerarquizado el desarrollo agropecuario, luego del desbroce de cientos de hectáreas de marabú y de otras plantas invasoras, a partir del fomento de la ganadería y de las plantaciones de cultivos varios, de la caña de azúcar y de árboles maderables y frutales.
Rendón Fernández destacó el proceso de reconstrucción de las casa-haciendas, entre estas las acciones ejecutadas en Guachinango —la única sobreviviente en el Valle vinculada con la ganadería—, a cargo del propio Mintur y remozada a un costo de alrededor de 3 millones de pesos en moneda total.
En fecha reciente, este inmueble con servicio gastronómico y de alojamiento, administrado por la Sucursal Extrahotelera Palmares S. A. de Sancti Spíritus, reinició sus operaciones turísticas gracias al remozamiento capital de la instalación, que comprendió la reparación de paredes y cubiertas, la readecuación de espacios, así como la restauración de las pinturas murales de la casona.
En la actualidad, Turismo impulsa la remodelación integral de la casa-hacienda Buena Vista, hoy a más del 90 por ciento, cuyo remozamiento deberá finalizar para la presente temporada de alza de visitantes extranjeros, señaló el delegado del Mintur, quien mencionó a El Abanico, responsabilidad de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, entre las aún pendientes por comenzar las labores de restauración y conservación.
Por su parte, la Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad y del Valle de los Ingenios asumió la restauración de las casas haciendas de Guáimaro, única de su tipo en el Valle con una capilla, y San Isidro de los Destiladeros, en estos momentos Centro de Interpretación de la Arqueología Industrial del Valle de los Ingenios.
La Oficina que, junto a la Comisión Nacional de Patrimonio Cultural, vela por el respeto de los valores históricos y arquitectónicos durante las ejecuciones del programa emprendido, acometió la rehabilitación de 16 inmuebles en el otrora caserío de esclavos de Manaca Iznaga, considerado por los expertos como el único exponente de su tipo en Cuba y en buena parte de América Latina.
No menos relevantes han sido las acciones en la torre-campanario de dicha localidad y la apertura de una nueva instalación en el Mirador del Valle hace siete años, ubicada en el sitio conocido como Loma del Puerto, concebida con un ranchón —erigido sobre el anterior demolido— con servicio de gastronomía ligera, almacén y sección para tratamiento de residuales, entre otras área.
En el programa de desarrollo y recuperación integral, comenzado a en el 2009, intervienen más de una decena de entidades, instituciones y organismos, entre estos la Agricultura, Vivienda y el Centro Provincial de Patrimonio Cultural.
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