Aunque lo arañó más de una vez en 25 años como jugador, Eriel Sánchez León nunca alcanzó un título. Por eso se aferra tanto al primero que logra como mánager de la Serie Nacional Sub-23.
No debió esperar tanto. Apenas un año en su segunda experiencia tras un noveno puesto. Lo hizo a contrapelo de pronósticos y tabúes, ausencias marcadas y viento en contra en los finales. Con la presión más controlada, Escambray le toma el pulso a la hazaña.
“Es mentira eso de que dijimos desde un principio que seríamos campeones. Sí desde el año pasado comenzamos a hacer ajustes en la preparación, la disciplina y formas de dirigir. Lo fuimos logrando cuando nos conocimos mejor e hicimos una verdadera familia. Les dije que el principal rival es el propio equipo y hablamos de salir a jugar y hacerlo con deseos, garra, para que quienes fueran al estadio no lo hicieran por ver si se gana o se pierde, sino cómo se juega”.
¿Cómo batearon tanto al punto de ser líderes de bateo?, es la pregunta que pende aún.
“En la preparación priorizamos el trabajo con las pesas, con la mandarria, ejercicios con bates pesados, buscando fuerza interna y de choque. Les concientizamos que en el béisbol hay que correr. En el entrenamiento apliqué medidas disciplinarias a quien no lo hacía bien. En la serie muchas veces nos equivocamos, nos censuraron por los corrings, pero muchos partidos los ganamos por eso; sin dar esa gran cantidad de batazos produjimos muchas carreras a partir del robo de bases, el amago, toque y bateo… Lo otro fue la disposición para el juego, que vale mucho”.
Tampoco le tembló la mano para sentar…
“Mucha gente me decía que por qué cambiaba tantas alineaciones, pero lo que hacía era buscar momentos del pelotero y no los nombres, pues cada uno sabía cuándo estaba bien y cuándo no. Además, con el bronce de los Gallos, me dijeron: ‘Te subieron la parada, tienes que clasificar’. Cuando eso estaban en nómina Pedro Álvarez, Yunior Ibarra y Geisel Cepeda, pero los llamaron a la preselección. Entonces había que jugar con un equipo de hombres y no de nombres”.
Y explica las variantes de traer casi de la nada a atletas como a Adrián García, Adrián Belfast, Jorge Braña o Lázaro Fernández, y de decisiones que pesaron para el título, como por ejemplo traer a Roberto Hernández y Yankiel Mauri, acabados de aterrizar.
“Con Robertico había su miedo, y no solo fue el más valioso de la Serie, sino que ayudó mucho como figura por su disciplina, su forma de ser. Con Mauri pasó parecido y la idea inicial fue como cerrador. Sé que este torneo es para desarrollar y, de hecho, el ciento por ciento de los atletas jugó y bastante. Pero luego caemos en el championismo porque te lo miden, por tanto, tuve que tomar decisiones; él quería abrir porque al principio casi no tiraba como cerrador, colegiamos la decisión, y miren cómo lo hizo”.
¿Cómo esculpir un título?
“La rivalidad con Ciego de Ávila nos tomó la presión de qué podíamos hacer, porque ese es un equipo de muy alto nivel y nos hizo sacar las garras, nos elevó la competitividad. Tras ganar el boleto, los muchachos dijeron: ‘Ya ningún elenco nos puede vencer’”.
El precio fue alto.
“Ya casi al clasificar, un día el médico le tomaba la presión arterial a Loidel y le dije: Tómamela para que veas una presión de verdad, la tenía en 160 con 120. El médico me puso a descansar; pero, imagínate…
Llegó el nocaut ante Santiago y la sombra de los fantasmas…
“Ellos esperaban un mitin de Eriel, un pleito, pero yo mismo me autocritiqué cuando clasificamos en La Sierpe, les ofrecí disculpas por las veces que los había requerido, porque me acordé de un amigo que me decía que no les hiciera a los muchachos lo que no quería que me hicieran a mí como jugador, pensé en mi familia, que me pedía que no los maltratara. Después del nocaut les dije: no pasó nada, es que nos cogieron cansados de un viaje tan largo, vamos al terreno sin pensar en esa derrota, cada uno defienda lo que le toca y demuestre de lo que es capaz. Ese día nos llevaron a Robertico, muchos pensaron que, con un nocaut, sin él y el maleficio, se acababa todo para Sancti Spíritus, pero les expresé que, más que una imposibilidad, era una oportunidad y ahí fue donde aparecieron 27 Roberto Hernández en el terreno”.
¿Cómo se las ingenió el equipo para enfrentar al favorito Cienfuegos y un hechizo de años sobre el “Huelga”?
“Veníamos preocupados, había que trabajar con los papeles y decidir cosas. Adrián Belfast pidió la bola y se la dimos. La idea era dividir. Lo del segundo juego fue una estrategia a lo loco, le dije a mi gente: haremos como cuando jugábamos con Japón y ponían un pitcher cada tres innings. Era solo mirar que no se complicara uno para traer al otro, y todos respondieron”.
Dicen que no quisieron celebrar antes de tiempo…
“El tercer partido no lo vimos como el último, tratamos de guardar todas las tensiones, dejamos los maletines y hasta la comida en el hotel, ni permitimos que se preparara algo por si ganábamos. Solo les dije que trataran de hacerlo todo bien, que aún no éramos campeones, entonces me decían: ‘Profe, usted está loco’, y yo les respondía: es que tuve experiencias funestas de festejar antes de tiempo cuando era jugador”.
Y al fin, se rompió el hechizo.
“Nunca creí en el maleficio, creo que lo hubiésemos roto con aquellos grandiosos equipos, pero nos faltó un out, un strike, o un batazo. Ahora estos muchachos hicieron lo que tenían que hacer. Si había tal maleficio, se rompió”.
Aunque no tiene exactamente el mismo tamaño del título del 79, Sancti Spíritus lo festejó a esa altura.
“Quiero agradecer a las autoridades del Partido, el Gobierno y al Inder por todo el apoyo, y en especial al pueblo, porque nos esperaron hasta la medianoche, fue bonito, hermoso. Sabíamos que nos recibirían, pero no de esa manera, con esa alegría, lo mismo pasó en Trinidad”.
¿Gallitos o Gallos?
“Cuando jugaba y salía del terreno tuve muchos encontronazos, pues nos decían: ‘Las gallinas esas’, eso molesta mucho, pero no podía responder porque en realidad perdíamos. Hoy a estos muchachos quiero que les digan Gallos, y bien alto”.
felicidades por lograr tan esperado triunfo, se lo merecian y mucho mas el entrenador que tienen que es tremendo pelotero y siempre jugo el beisbol super agresivo y con el corazon.
Se comportaron como lo que son unos campeones
En la en puesta del periódico vote por este equipo,¿ causas ?,lo que significa este triunfo y estos muchachos para el equipo grande de los próximos años,ahí está el futuro del equipo Santi,Espíritus para muchos años,ya con jóvenes fogueados y sabedores de lo que es ganar incluso en el momento final sin la estrella del picheo,pero eso les dio la/oportunidad a/otros de demostrar que también eran estrellazas,con la convención de ganar y pedir la pelota,una de las cosas mas/positivas ha sido aprender todos a tener aplomo de conjunto en los momentos dificiles,ese equipo y todos sus integrantes desde la dirección hasta el medico,sicólogo y entrenadores ya tienen un experiencia incalculable de lo que hay que hacer desde el primer día de entrenamiento y aunque nunca es repetitivo un caso para aplicarlo como regla,pero tienen la experiencia de como buscarle la variante correcta en cada caso y en cada juego,por eso vote por este equipo,porque la semilla del futuro equipo está plantada.
En la puesta del periódico ,no!! quince poner en la encuesta del periódico
Felicidades Campeones! Son unos verdaderos Gallos!!!! Y de pelea!!!!