Estados Unidos intenta cortar los suministros de combustible a Cuba, que hoy resiente esta y otras facetas del bloqueo comercial, económico y financiero de Washington.
Se trata de
una política que suma seis décadas, y que la administración del presidente
Donald Trump refuerza en todos los ámbitos, incluida la persecución de las
operaciones comerciales y financieras de la isla.
Estados Unidos busca el estallido social en Cuba y una de las maneras para
provocarlo es perseguir e impedir los embarques de combustible a la isla, para
sumirla en apagones y cortes a los servicios públicos vitales.
Así lo denunció el presidente Miguel Díaz-Canel el 26 de julio en Bayamo, en el
oriente del país, en ocasión de pronunciar el discurso central por el Día de la
Rebeldía Nacional.
‘Con crueles acciones extraterritoriales de bloqueo, hoy se trata de impedir
por todos los medios el arribo a puertos cubanos de los tanqueros, amenazando
brutalmente a compañías navieras, a gobiernos de los países donde están
registrados los buques y a las empresas de seguro’, afirmó el mandatario.
En en meollo del asunto está la pretensión estadounidense de que La Habana
renuncie a su política de principios por la cual mantiene estrechos vínculos
con Venezuela, su principal suministrador de combustible, y donde miles de
especialistas caribeños de la salud resultan soporte del sistema sanitario
público venezolano.
No es casual entonces que por estos días los organismos, instituciones y
empresas estatales cubanas vieran recortado sensiblemente el combustible con el
que operan para realizar sus actividades.
El Gobierno se ve precisado a garantizar los servicios básicos a la población,
incluido el transporte público, pero a la vez tiene que cerrar el grifo en un
equilibrio por el cual el país no se paraliza, como pretende Washington.
La búsqueda y producción de hidrocarburos es una de las prioridades aquí. Cuba
desarrolla un conjunto de estrategias para conseguirlos en fuentes terrestres o
marítimas y en pos de la seguridad energética.
Según el director general de la Unión Cuba-Petróleo (Cupet), Juan Torres, pese
al bloqueo estadounidense esa entidad prioriza la concertación de nuevas
alianzas estratégicas con socios y proveedores en el marco de las oportunidades
de inversión extranjera.
Ello en la búsqueda de nuevas tecnologías y a favor del desarrollo de la
infraestructura productiva y de servicios especializados.
Como parte de este empeño está el propósito de licitar 24 bloques petroleros
ubicados en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Cuba en el Golfo de México.
Hasta la fecha la isla tiene 79 bloques disponibles en tierra, aguas someras y
la ZEE y, de acuerdo con la Cartera de Oportunidades 2018-2019, en esta última
existen varios prospectos cartografiados, los cuales se estima contengan más de
10 mil millones de barriles de petróleo extraíble de buena calidad.
A la par, la refinería de petróleo Sergio Soto, de Cabaiguán, en la central
provincia cubana de Sancti Spíritus, reinició su producción luego de una
reparación general de los hornos.
Se trata de la única planta del país que procesa el crudo nacional, con alto
contenido de azufre, y que se utiliza para centrales termoenergéticas y
producir líquido asfáltico, que la citada refinería comenzó a entregar para la
infraestructura vial.
‘Hoy denuncio ante el pueblo de Cuba y el mundo que la administración de los
Estados Unidos ha comenzado a actuar con mayor agresividad para impedir la
llegada de combustible a Cuba’, reiteró Díaz-Canel en Bayamo.
Nos quieren cortar la luz, el agua y hasta el aire para arrancarnos concesiones
políticas. No se esconden para hacerlo. Declaran públicamente los fondos
destinados a la subversión dentro de Cuba, inventan pretextos falsos e
hipócritas para reincorporarnos a sus listas espurias y justificar el
recrudecimiento del bloqueo, remarcó.
En la ocasión actualizó cifras sobre las afectaciones del cerco ejercido por
Washington, que entre marzo de 2018 hasta abril de 2019 sumó perdidas a Cuba
por mil 343 millones de dólares.
Pero el dato no refleja las afectaciones provocadas por las últimas medidas de
la actual administración de EE.UU. que limitan las licencias de viajes de los
estadounidenses y prohíben los de cruceros, yates y aviones privados de aquel
país.
La administración Trump pretende impedir los ingresos en divisas y de los
embarques de combustible cuando Cuba vive la época de mayor calor y el período
vacacional de verano de millones de ciudadanos.
Pero al decir del presidente Díaz-Canel la isla no se dejará distraer por
amenazas y agresiones.
Tampoco se detendrá en la toma de decisiones como el reciente aumento salarial
para más de 2,7 millones de empleados y pensionados públicos, a las que se
sumarán otras acciones a fin de, en medio de la difícil coyuntura, avanzar en
el desarrollo nacional.
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