Cuando este sábado quede conformado el equipo de los Gallos a la Serie Nacional de Béisbol en su versión 59, se habrá dejado atrás un arduo camino de preparación de casi nueve semanas, que permitió aportar los argumentos para la decisión final.
Cuarenta y ocho hombres, contados los que integraron la preselección nacional, pugnaron entre sí por merecer el cupo final de 32. Esa digresión, más el alargamiento —para bien— del Torneo Sub-23 para nuestro equipo, complicó un tanto los entrenamientos, según Rafael Muñoz, preparador principal.
“Fue muy difícil la preparación porque no todo el grupo empezó al mismo tiempo, pero hemos ido adecuando el trabajo, comenzamos con los atletas mayores y se ha trabajado sobre la base de las deficiencias en el bateo y corrido, bateo por detrás del corredor, fly de sacrificio y el toque de sorpresa. Se ha hecho un trabajo físico muy intenso para tratar de arrancar bien, creo que el éxito del año pasado estuvo en la forma en que comenzamos”.
Si algo distinguió a los elencos espirituanos tanto en la Serie Nacional de Mayores como en la Sub-23 fue el desempeño de los bateadores, aun sin tantos nombres. Según reconoce el cuerpo de dirección, en ello ha tenido una influencia decisiva la labor de Lázaro Martínez y Héctor Huelga
“Llevamos varios años trabajando en el área del bateo —comenta Huelga, integrante de la dirección del equipo Sub-23—. Este año incrementamos varios ejercicios para mejorar el swing, también la concentración cuando vienen con corredores en posición anotadora, trabajamos en el escauteo de los lanzadores contrarios para que vieran con qué lance los estaban dominando mejor o con el que más estaban conectando. De septiembre a diciembre en la Academia nos concentramos en fuerza y posteriormente en las acciones técnico-tácticas, priorizamos la agresividad en el corrido, el tratar de coger una base más”.
Entre los jugadores que han crecido en las campañas Sub-23 está el receptor Loidel Rodríguez, quien considera que esta le aportó más experiencia; “pude jugar más y eso ayuda, crecí en la disciplina en el home y en la defensa”. También Dismany Ortiz, bujía del equipo campeón. “Lo principal fue que gracias a las oportunidades que me dieron pude desarrollarme y he pulido deficiencias detectadas por los directores tanto Lázaro como Eriel”.
Otro que le puso sello al oro espirituano del Sub-23 fue el lanzador Yankiel Mauris, quien regresa al equipo donde ya militó antes de partir al exterior: “Lanzar en el Sub-23 fue una gran experiencia después de tres años sin jugar, me siento más cómodo como cerrador porque es lo que he hecho siempre, estoy dispuesto para lo que sea, en el torneo abrí cinco partidos, gané cuatro y uno lo dejé ganando, pero la decisión es del director”.
Y habla de una preparación superfuerte de la mano de Ismel Jiménez, quien lleva al entrenamiento el mejor libro: sus 12 campañas como lanzador estrella y que ahora vuelca en las nuevas generaciones tras un retiro forzado por las lesiones.
“Nos enfocamos en mejorar el control que es lo principal en un pitcher, con mucho ejercicio, repeticiones, independizamos la labor porque todos no tienen el mismo problema. Tratamos de incrementar el repertorio enseñándoles cómo quitarle un poco a la curva que va perdiendo efecto y a emplear los lances donde más daño hagan a los bateadores”, dice quien disfruta su nuevo rol.
No todo ha sido color de rosa en la preparación. Desde un terreno envuelto en polvo por la falta de regadío y que ha sido fatal para el trabajo defensivo hasta agua caliente para tomar después de horas al sol y otras carencias.
“El entrenamiento en la playa, que tanto fruto ha dado, se quedó a la mitad por falta de condiciones en el alojamiento —comenta José Raúl Delgado, director de los Gallos por tercer año consecutivo—; no obstante, en general se ha cumplido el objetivo, pero lo del terreno ha afectado”.
Una medalla de bronce en la última campaña y un título en el Sub-23 parecen ser buenas motivaciones, pero “la gente está equivocada, esto no es el Sub-23 porque aquí la pelea es más dura y no todos los que rinden allá después acá se comportan igual; es verdad que nos entran dos buenos lanzadores como Roberto Hernández y Yankiel Mauris, que te adelanto que será cerrador, pero se nos van otros como Ángel Peña, Noelvis Hernández, Humberto Delgado y Javier Vázquez. Volveremos a luchar con el mismo concepto de salir a jugar y hacerlo de manera agresiva”, añade el mánager.
Y adelanta un cambio seguro: el de Daviel Gómez por Orlando Acebey, quien abandonó la preselección del Cuba durante la Liga Can Am. “El equipo lo harán los que mejor lo hicieron”, concluye.
Ya vi en un articulo anterior qued abandono el equipo en Canada