Nadie puede entender que en pleno siglo XXI, en tiempos de Messenger, de millonarias transacciones electrónicas, y hasta de bitcoins o criptomonedas, haya que esperar más de 24 horas para cobrar un giro postal de una provincia a otra cuando la llegada debería ser casi inmediata.
Para María Esperanza, una maestra jubilada apegada a la antigua, resulta inadmisible llegar a primera hora a la Oficina de Correos No. 2 ubicada en el bulevar espirituano y no haya respaldo monetario para cobrar 300 pesos en moneda nacional. Lo que no sabe la maestra es que el suyo no es un caso aislado, aun cuando parezca absurdo si se sabe la simple definición de giro postal: un sistema de pago implementado por muchas empresas de correos y telégrafos de todo el mundo, que consiste en el envío mediante el servicio postal de una cantidad de dinero que se hará efectiva a una persona en la dirección indicada.
“Lo peor es cuando esperas que te llegue la notificación a la casa —opina Gabriel González, un cuentapropista que utiliza a menudo ese sistema—, a veces te cansas y no te queda más remedio que ir a las oficinas a reclamar y más de una vez”.
El criterio coincidente de quienes hacen cola en los ventanillos es que cuando se utiliza ese servicio es porque las personas tienen imperiosa necesidad de enviar o recibir un efectivo que casi siempre es para emergencias familiares y confían en recibirlo a tiempo para resolver la urgencia. Una interrogante queda entonces en el aire: ¿no resultan suficientes los 20 500 pesos que tienen de fondo total las unidades del bulevar y la de frente al Hospital Provincial para que no se cree un bache en el servicio?
“Pese a que puede darse el caso de que al cajero se le haya agotado, para iniciar el día se asignan 1 000 pesos, a lo cual se suma el expedido (el dinero que se recibe cuando alguien envía efectivo) y con eso se deben compensar los giros y no haría falta más”, explica Anielkys Medinilla Zerquera, directora de la UEB Correos Sancti Spíritus 2.
Cuando se trata de un servicio público, cada parte vierte su punto de vista y, amén de las explicaciones casi siempre el afectado tiene la razón, aunque, a juicio de los directivos de Correos en Sancti Spíritus, de pasar por esta situación el cliente tiene derecho a un proceso de reclamación que se extiende a seis meses desde la imposición del giro.
Lo cierto es que hay varias modalidades de envíos postales: el mismo puede llegar a la unidad de Correos y el cartero lleva el efectivo para pagar a domicilio o el aviso de notificación, pero también hay de todo en la viña del señor, aclara Olga León Fandiño, especialista principal del Departamento de Operaciones de la Dirección Provincial de Correos: “Hay clientes de todo tipo, insatisfechos y poco comprensivos y también carteros que salen por la mañana con la nota de giro y no la entregan”.
Nada es infalible y la mejor maquinaria a veces se descontrola; lo que no puede suceder es que una oficina creada para pagar amanezca sin dinero, aunque los directivos de Correos aseguren: “Es posible que a las ocho de la mañana tenga descompensado el fondo porque si nadie ha ido a poner un giro, no hay dinero”.
Se sabe, como en otras entidades, que a veces fallan los sistemas y es imposible efectuar determinado trámite, pero también pueden hacer fracasar una operación postal las inseguras explicaciones de quienes están detrás en los ventanillos, un personal con mucha fluctuación provocada por un bajo salario y unas condiciones de trabajo agravadas por la escasa ventilación en las oficinas.
De igual manera, habrá que pensar en la posibilidad de incrementar el efectivo asignado para iniciar el día, a todas luces insuficiente, para mantener el equilibrio entre el dinero cobrado y el depositado por quienes van a remitir un envío. Lo ideal sería insertarse en el mercado de comercio electrónico, con el servicio de Giros Nacionales, modalidad disponible desde la página web www.correos.cu., pero no todos los cubanos tienen acceso a la navegación nacional ni disponen de una computadora, una tableta o un teléfono móvil, y mucho menos correo electrónico, ni todos adquieren el salario con tarjeta bancaria, de modo que la mayoría prefiere acogerse a la forma tradicional de un servicio que surgió hace más de siglo y medio y que, supuestamente, tiene como ventajas su inmediatez.
Lo mejor es tener el transfermóvil que no dependes de nadie. Ya eso de los giros solo se usa en Cuba. Hoy en día todo es informatizado. Hasta los jubilados reciben sus pensiones en la tarjeta. Solo falta la cultura para utilizarlo.
Sencillamente PATETICO. Muchas formas de resolver un problema que NUNCA DEBERIA SER un problema y tiene que salir un articulo en el periodico para que se le preste atencion.
Ya lo dijo Raul, el maltrato al pueblo es CONTRARREVOLUCION, y yo me pregunto estas cosas pasan por ineficiencia e indolencia, o son por decision de algunos con malas intenciones?
Coincido plenamente con el enfoque de la periodista. Soy víctima de este problema sistemáticaemnte.