Grano a grano, ¿el arroz se agota?

Grano a grano, el arroz liberado comenzó a servir un plato de inestabilidad y ausencia en los mercados espirituanos y a la vez alimentó otros males como los del acaparamiento y la reventa, que son consustanciales a estas anomalías para este y todo producto que se pierda de las ofertas.

Los primeros indicios aparecieron en el mercado informal —o ilegal, para ser más exactos—, cuando el cereal comenzó a cotizarse a 7 y 10 pesos la libra en comunidades y áreas citadinas de varios municipios, sobre todo de Trinidad.

El fenómeno en Sancti Spíritus es nuevo, pues desde que comenzó la comercialización del arroz importado, primero a 5 pesos y luego a 4, no se recuerda una situación como la actual. Eduardo Morales, director general de la Empresa Mayorista de Alimentos (EMPA) en la provincia, asegura que el pasado año la red comercial no ejecutó totalmente su plan liberado, lo cual indica que el cereal, literalmente, sobró.

Sin embargo, el 2019, en su primer trimestre, enseña un punto rojo. Esa propia entidad entregó “casi 200 toneladas por encima de su plan y unas 300 más que similar período del pasado año”. El problema se cocinó “a fuego rápido” a finales de marzo, cuando más de una vez tanto la EMPA, como Comercio debieron “correr” para llenar el buche de venta liberada de los mercados, mucho más en Trinidad, donde 10 toneladas se compraron en horas, lo cual fue confirmado por la Dirección Comercial del Mincin en ese municipio, donde la alta cantidad de hostales incrementa, como es lógico, la demanda. En otros lares, las largas colas y consumidores pernoctando evidenciaron el rostro de la inestabilidad.

Tanto la Empresa Mayorista de Alimentos como el Grupo de Comercio en la provincia confirmaron que no existen problemas con el arroz, atenidos a que los planes se cumplen y sobrecumplen.  El gran problema es que hoy ese plan no es capaz de llenar el inmenso estómago que se le ha abierto a la demanda espirituana en estos inicios de año.

El disparo fue tal que ni los llamados mercaditos pudieron sostener sus estibas tradicionales en la ciudad espirituana, a donde vino a parar todo el territorio provincial y un poquito más allá. Unidades de Comercio donde tradicionalmente se vende el producto muestran estantes vacíos. Lo mismo les sucedió a los mercados de Acopio, de donde primero se ausentó el arroz, en parte también porque las cantidades que vende, disgregadas en todas sus unidades, es poco menos que una cucharada al mes por cada habitante.

“De las 142 toneladas de marzo, se dejaron 42 en la cabecera. Por lo general protegemos los Mercados Agropecuarios Estatales (MAE) y las ferias”, sostiene Clemente Hernández Rojas, director de Acopio en Sancti Spíritus.

Suena bien raro todo esto en una provincia arrocera, aunque el arroz liberado de los mercaditos es totalmente importado. Un dato revela el tamaño de la problemática: según la EMPA, en La Sierpe, un territorio que depende básicamente del cereal nacional, producido en sus tierras, durante marzo se comió el ciento por ciento de lo que llegó a su mercado Ideal.

La situación se agravó porque, servido el plato de la escasez circunstancial, los consumidores comenzaron a correr en avalancha hacia las unidades comerciales donde se expende el producto, lo cual motivó que Comercio regulara la venta. Pero ya usted sabe que esta medida ayudará poco, pues no solo los merolicos tienen la práctica de la cola en redondel, o sea, pasar una y otra vez o buscar aliados para acumular más el producto.

Valga recalcar que, aunque el arroz no ha sido el único ausente o intermitente en la venta liberada este año, sí puede ser el más preocupante en tanto sostiene el plato principal de los cubanos, por hábito y por obligación ante la carencia continuada, y a veces crónica, de otros posibles “acompañantes” en la mesa como las viandas, las pastas alimenticias, los huevos…

Esa es una causa probable. La otra ya se sabe a viva voz: los criadores de cerdos compran el producto al por mayor para alimentar a sus animales ante la carencia de comida para estos. De hecho, Rolando Pérez Sorí, director de la Empresa Porcina Provincial, consignó que “desde septiembre existen problemas con la entrega a los convenios, sobre todo con la harina de maíz que se incumplió”.  Se conoce también que desde provincias cercanas llegan consumidores y recargan sus jabucos del cereal, tal como lo hacen con otros renglones.

El problema del arroz está servido. Cuando asoma abril, directivos de Comercio y de la Empresa Mayorista aseguran que las estibas del plan están llenas y con posibilidades de mejorar. Solo que habrá que estar atentos con esta “hambre desmedida” de arroz antes de que, grano a grano, el alimento se agote.