“Me gustan ser instructora y mi especialidad. Disfruto crear, preparar exposiciones, tener resultados con mis niños…”, suficientes criterios por los que Isvey González Ibarra se ha mantenido como integrante de la Brigada de Instructores de Arte José Martí (BJM) desde su fundación.
Y aunque no tenía claro por qué decidió sumarse a ese proyecto —cuyas raíces se remontan al año 2000 cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro propuso crear los centros para ese tipo de formación—, hoy confirma que no podía ser otra la elección. Enseñar las técnicas de las artes plásticas, sobre todo a quienes cursan la enseñanza preescolar, es un verdadero goce.
“Es una alegría cuando capto sus expresiones al dejar plasmados en el papel los trazos de lo que sienten. Los adultos, casi siempre, hacemos una lectura diferente de lo que los niños verdaderamente quieren decir. Ya por mi intercambio con ellos he aprendido a descifrar un tanto su imaginación. Les imparto técnicas muy importantes para su formación como el torcido de papel, rasgado, rotulado, reforzado con técnicas de impresión;, utilizo recortes de periódico y papeles de colores, así como con semillas y texturas”, añade.
Justamente, Isvey —integrante de la primera graduación de las Escuelas de Instructores de Arte (EIA) en Villa Clara, con la presencia de Fidel—regala estos conocimientos desde hace varios años en el círculo infantil Los muñequitos, de la ciudad del Yayabo, donde además labora en su ambientación, e imparte talleres a las educadoras sobre técnicas de papel maché.
“Nunca he pensado abandonar la brigada. Llegué a la EIA Vladislav Volkov con conocimientos empíricos, pues dibujaba sin saber qué hacía. Mi generación no tuvo una formación como la que hoy se imparte, pero ahí descubrí un mundo fascinante. Todo el tiempo preparábamos números culturales, exposiciones con los resultados de los talleres, nos motivábamos unos con los otros. El vínculo con los artistas también fue muy útil. Recuerdo siempre las clases con Ihosvany Suárez Lee y el resto de los profesores que nos dieron la mano para iniciar el camino como instructores de arte”, aclara.
Isvey González Ibarra forma parte de los 14 brigadistas espirituanos fundadores de este movimiento inaugurado el 20 de octubre de 2003 en la primera graduación de las EIA.
“No solo tenemos resultados en las instituciones educacionales, sino en el trabajo comunitario ya que hemos llegado con las Guerrillas 50 Aniversario a gran parte de la geografía espirituana, círculos de abuelos, centros peninteciarios, Hospital Pediátrico José Martí…, siempre con el legado de Olga Alonso, una joven que como nosotros se enamoró un día de la labor de enseñar”, expresa.
A muy pocos kilómetros de distancia, también Indira López Fagrada le pone ritmo a su trabajo como instructora. Procede de la segunda graduación y, aunque transitó por varias enseñanzas educativas, desde hace cerca de siete años asume la dirección de la BJM en Jatibonico.
“Es muy bonito ver el resultado de horas y horas en un taller de creación. Entre mis múltiples experiencias siempre disfruto aquellos días en que dirigí un grupo de son con estudiantes de la Escuela Especial Valle Grande, que, incluso, llegamos a grabar para un programa de la emisora municipal, así como Las noches de la ETP, donde en una actividad, libre de alcohol y tabaco, sumábamos a los padres y jóvenes de la comunidad, con experiencias significativas en los diferentes talleres”, rememora esta avileña, residente en el municipio jatiboniquense desde hace 12 años.
En su agenda de trabajo, con múltiples trazos que confirman su sistemática relación con los brigadistas, se muestra una preocupación: el déficit de profesionales por el imparable éxodo.
“Ha sido nuestro talón de Aquiles durante estos 15 años. En varias reuniones siempre se ha reconocido que la principal causa ha sido el divorcio de criterios y visiones de los organismos que nos atienden: Cultura, Educación y la Unión de Jóvenes Comunistas. Han existido muchas quejas de que en la confección de la evaluación casi nunca se tienen en cuenta los criterios de los especialistas de las Casas de Cultura que nos atienden metodológicamente”, dice.
Precisamente, dicha inquietud fue debatida en la reciente Asamblea Provincial de la BJM y se propuso como una de las cuestiones a abordar en Luz Verde, documento normativo que regirá la vida del movimiento en los próximos tres años, tras su aprobación en la Asamblea Plenaria el venidero 21 de octubre, en Santa Clara.
Allí estarán representadas Isvey González Ibarra, Indira López Fagrada y el resto de los brigadistas espirituanos, protagonistas por estos días de una jornada de celebración por el aniversario 15 de la constitución de la BJM, como verdaderos heredaderos de la expresión de Fidel aquella tarde-noche del 20 de octubre del 2003, cuando calificó a los miembros del primer contigente de instructores como “abanderados de la cultura y el humanismo”.
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