Un estudio de la salinidad del agua en las zonas costeras, otro para determinar el avance de la erosión en la playa Ancón, el mejoramiento de los suelos, así como la reconstrucción de bosques y la reforestación en los litorales fueron ejecutados en el 2019 en Sancti Spíritus como parte de la Tarea Vida, Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático, cuyas acciones principales a acometer se estiman en más de 134 849 000 pesos en la provincia.
Luego de investigar las áreas costeras norte y sur, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos comprobó la existencia de zonas en que la cuña de intrusión salina ha penetrado; el caso más crítico se reportó en Nela, Yaguajay, donde esta avanzó casi 1 kilómetro tierra adentro con respecto a 1988, según da cuenta un informe presentado al Consejo de la Administración Provincial.
En reciente sesión de ese órgano trascendió, además, que la Agricultura ha centrado su mirada en las áreas priorizadas de los municipios de La Sierpe y Sancti Spíritus dedicadas al cultivo del arroz, perjudicado por la sequía y la intrusión salina.
Las labores comprenden la nivelación de la tierra con el empleo de rayos láser para disminuir el consumo de agua, y la mezcla de ese vital recurso proveniente del subsuelo con el agua de la presa Zaza para propiciar el ahorro de las superficiales y contribuir al incremento de la presión hidrostática en los lugares de posible salinización y así mitigar dicho proceso.
Especialistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente determinaron el progreso significativo e irregular de la erosión en la playa Ancón del 2017 al 2019, etapa en la cual se han perdido entre 1 y 1.5 metros como promedio; incluso, hay zonas específicas con mayores afectaciones.
La provincia acumula más de 3 270 hectáreas beneficiadas este año con quehaceres de mejoramiento y conservación del suelo, parte de estos concentrados en las unidades cañeras de Tayabacoa y Cantarrana, pertenecientes al municipio cabecera.
En la rama forestal, Sancti Spíritus logró la reconstrucción de medio millar de hectáreas de bosques y la reforestación de 6 hectáreas de mangle mediante la siembra y 60 por regeneración natural.
Autoridades locales insisten en que, pese a lo conseguido, aún se precisa mejorar el enfoque práctico de las acciones, con medidas realizables, que permitan evaluar su progreso; al propio tiempo, es necesario potenciar la capacitación de los actores fundamentales y el papel de la ciencia y la tecnología para la adopción de las medidas más apropiadas en cada localidad o entidad.
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