La Ley Helms Burton y toda la política de Estados Unidos hacia Cuba desde 1960 ha sido errónea, aseguró este 11 de julio en La Paz, Bolivia, en declaraciones a Prensa Latina el investigador norteamericano Thomas Field.
‘Me gustaría
que existiera un diálogo mucho mayor para que tuviéramos relaciones normales’,
afirmó a esta agencia de noticias el profesor y jefe de la Facultad de Estudios
Globales de Inteligencia y Seguridad en el Embry College of Security and Intelligence
de su país.
El estudioso calificó de ‘muy buenos’ los pasos que dieron en 2014 los
mandatarios Raúl Castro y Barack Obama, de Cuba y Estados Unidos,
respectivamente, y lamentó el retroceso experimentado en los nexos bilaterales
durante el gobierno de Donald Trump.
Al referirse a los métodos utilizados para promover un cambio del sistema
político en la mayor de las Antillas, recordó, a manera de ejemplo, que la
Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (Usaid) contrató a un grupo de
cantantes de rap con la intención de crear una fuerza opositora contra el
gobierno cubano.
Ese plan se ejecutó durante más de dos años y empleaba a los músicos para
desarrollar una red de jóvenes en busca de ‘un cambio social’ dentro de la
isla.
‘Lo cierto es que tienen mucho dinero dentro de la Helms Burton con la
explícita meta de cambiar al gobierno de Cuba -consideró el investigador-, y
eso constituye una agresión; es lo que sabemos por la información abierta, no
sabemos lo que todavía no se ha publicado’.
El académico expresó que le gustaría que fueran más transparentes, abiertas y
correctas las relaciones de su país con naciones como ‘Cuba, Venezuela y
obviamente con Bolivia también’.
En una conferencia ofrecida en la Casa del Alba Cultura en esta capital, Field
se basó en documentos desclasificados para demostrar que Estados Unidos vio en
la década de 1960 en el presidente boliviano Víctor Paz Estenssoro a un
personaje ideal para irradiar en la región sudamericana su política de
modernización y desarrollo de la Alianza para el Progreso, implementada para
contrarrestar la influencia de la Revolución Cubana.
Con ese objetivo, el gobierno de John F. Kennedy mostraba buenas intenciones
hacia el movimiento obrero mientras a través de la USAID realizaba injerencia política
y financiaba la implementación de aparatos represivos contra los mineros y
otros grupos de izquierda.
Los asistentes a la Casa del ALBA Cultural pudieron adquirir el libro Minas,
balas y gringos, gracias al cual el conferencista ganó en 2014 el premio Thomas
McGann del Consejo Rocky Mountain de Estudios Latinoamericanos y fue calificado
de ‘título académico excepcional’ por la revista Choice de la American Library
Association.
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