Con atractivos naturales que la convierten en un destino típicamente campestre, la hacienda Guachinango, en el Valle de los Ingenios, a poco más de 15 kilómetros de la ciudad de Trinidad, ha regresado a la operación turística con una diversidad de ofertas entrelazadas con la vida campesina de la zona, luego de recibir la reparación constructiva más abarcadora en sus más de 20 años de explotación.
Héctor Zerquera Báez, director de la Sucursal Palmares en Sancti Spíritus, declaró a la prensa que los trabajos reconstructivos costaron alrededor de 3 millones de pesos en moneda total y, entre las acciones más relevantes figuraron la reparación de paredes y cubiertas, la adecuación de espacios, el enchape de pisos, así como la restauración de las pinturas murales de la casona, cuyo origen data del año 1806.
Si bien la instalación, perteneciente a la cadena extrahotelera Palmares, conserva su estructura arquitectónica, a partir de esta remodelación capital se fortalece como destino turístico con la inclusión de tres habitaciones, un bar y el mejoramiento de la cocina.
Añadió Zerquera Báez que dentro del llamativo destino que conforma el Valle de los Ingenios, declarado por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1988 y entre los más demandados de la isla, la hacienda Guachinango y su entorno constituyen un lugar ideal para paseos a caballo o a pie, que incluye otras opciones como el baño en el río, la comida criolla y el disfrute de sus paisajes naturales.
Este singular destino del producto extrahotelero trinitario se favorece también por la llegada hasta allí del tren turístico que recorre el Valle de los Ingenios, un convoy de dos vagones tradicionales de la época con locomotora de vapor.
El decorado de las tres habitaciones y las pinturas murales en las paredes interiores y exteriores realizadas por anónimos artistas populares de la época, que reflejan escenas bíblicas, mitológicas y de animales, le conceden a la casona aires de una galería muy peculiar en medio de un genuino paraje rural.
Declaró Zerquera Báez que luego de concluir la remodelación capital y reabrirse la instalación en julio pasado, las opciones más explotadas por los visitantes extranjeros y nacionales que han arribado al lugar son el área gastronómica y la ruta agrícola.
En estas primeras semanas de operación se reporta la llegada de cubanos bajo la opción del denominado pasadía; a la vez que se distinguen servicios como el asador y propuestas de la cocina tradicional del lugar como el pollo Doña Inés y el lacón al estilo Río Ay.
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