En un encuentro con la prensa tras la sesión de la Comisión de Relaciones Internacionales del Parlamento, Carlos Fernández de Cossío, director general para Estados Unidos de la Cancillería, dijo este lunes que el gobierno norteamericano ha enrumbado su política hacia Cuba en un curso de hostilidad que busca, por diferentes vías, hacer “que la vida del cubano se haga lo más dura posible” y, a la vez, poner obstáculos al apoyo en ese país a una relación más respetuosa y civilizada entre ambas naciones.
Cossío dijo haber hablado a los diputados sobre el contexto actual de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, “que están en un estado que no se puede considerar positivo. Basta con observar las declaraciones cotidianas de quienes tienen responsabilidad en la política exterior de EE.UU. para darse cuenta de que, sobre la base de la mentira, en muchas ocasiones sobre la base de la fabricación de pretextos, buscan siempre un sentido de hostilidad hacia nuestro país”.
El director general para Estados Unidos de la Cancillería señaló que el pueblo conoce la aplicación de medidas adicionales de bloqueo económico, “con lo que buscan el propósito perseguido durante décadas: asfixiar la economía cubana, causar daño al nivel de vida de la población, y, si fuera posible, afectar los financiamientos que requiere Cuba para el desarrollo e interrumpir las fuentes de suministros para la economía; interrumpir o entorpecer los procesos productivos y dañar los servicios sociales de los que depende la población… En resumen, que la vida del cubano se haga lo más dura posible”.
Se trata, dijo, de “poner obstáculos a las transformaciones que está llevando a cabo el país con el propósito de alcanzar un desarrollo socialista, próspero y sostenible para nuestra población, cambiando lo que tenga que ser cambiado, como dice el concepto del Comandante en Jefe, pero, además, sobre la base del diseño que nuestro país ya ha hecho y los principios que ha abrazado en su conceptualización del modelo socialista”.
Cossío precisó que, hasta el momento, no ha tenido éxito ninguna de las demandas que se han presentado contra algún inversionista extranjero con intereses en Cuba, amparadas en la Ley Helms-Burton.
El rechazo a la Helms-Burton “es tan viejo como la propia ley, que se aplica en su totalidad desde 1996. Desde entonces, ha habido rechazo de la comunidad internacional, con más fuerza en aquellos países que más intercambio tienen con Cuba, en particular los que se han opuesto a la aplicación del Título III y el Título IV de esa legislación”.
En ese sentido, recordó que desde los años noventa se vio un rechazo más pronunciado de los países europeos y latinoamericanos, y de Canadá, porque eran los que mayor intercambio tenían con Cuba.
“Lo cierto es que el bloqueo económico, en su conjunto, es rechazado anualmente, de manera casi unánime, en las Naciones Unidas, como sucederá otra vez este año. Más recientemente, a raíz de las medidas adicionales que ha adoptado el gobierno de Washington, es cierto que ante embajadas de EE.UU. y algunos de sus consulados en varios países, pero también en pronunciamientos de parlamentos y políticos, se ha expresado el rechazo de la comunidad internacional a la política de Estados Unidos”, refirió Cossío.
“Estados Unidos se aísla cada vez más al aplicar a Cuba sanciones unilaterales, que tienen un efecto extraterritorial, fuera de las fronteras cubanas, en la jurisdicción de otros países”, subrayó.
En el campo de la política exterior, hay un reconocimiento al esfuerzo que hace Cuba. “Como fruto de la trayectoria histórica de la política exterior de la Revolución Cubana, nuestro país tiene hoy relaciones de amistad, y en muchos casos de cooperación, con prácticamente todos los países del mundo. Donde único nosotros tenemos un desafío de envergadura es con los Estados Unidos, que aplica contra Cuba una política que es ilegítima, rechazada por la comunidad internacional y que busca, justamente, coartar los esfuerzos de desarrollo y de beneficio para la población cubana”, destacó el alto funcionario.
“Nosotros, como parte de nuestras relaciones, recibimos cooperación de países que intercambian con Cuba legítimamente y que participan, o están dispuestos a participar, en el desarrollo de la Isla. Es desde Estados Unidos desde donde recibimos una hostilidad contra lo que queremos hacer legítimamente”, recalcó.
En otro momento, Cossío apuntó el hecho de que la mayoría del pueblo de los EE.UU. prefiere una mejor relación con la nación caribeña. “No estamos diciendo que la mayoría de la población coincida ideológica o políticamente con lo que hacemos en Cuba, como estoy seguro de que no coincide con otros muchos países, pero prefieren, y lo han demostrado con acciones y con la cantidad de estadounidenses dispuestos a viajar a nuestro país, a pesar de las limitaciones, que prefieren una relación respetuosa y civilizada con Cuba, como lo prefiere la mayoría de los cubanos que han decidido residir en los Estados Unidos”.
En ese sentido, dijo que la tendencia es a favor de un mejor entendimiento y una mejor relación, algo que los políticos actuales, que están en el gobierno de EE.UU., se proponen frenar poniendo la mayor cantidad de obstáculos posible. “Eso, en cierta medida, explica la Ley Helms-Burton, un propósito de poner obstáculos a la tendencia de acercamiento entre los dos países”, afirmó.
Y concluyó: “¿Por qué el gobierno de EE.UU. actúa de esa manera si no refleja el sentimiento mayoritario de los estadounidenses y de los cubanos que residen en ese país? Esa es una pregunta que habría que hacerle al gobierno norteamericano, y a la concepción de la democracia que pueda haber en ese país”.
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