El recrudecimiento de las hostilidades de Estados Unidos
hacia Cuba abarcó los debates de la comisión de Asuntos Internacionales que
profundizó en el tema: Escenarios y posibles impactos del Título III de la Ley
Helms-Burton, desarrollado en la Sala 10 del Palacio de las Convenciones de La
Habana.
En ella el embajador Carlos Fernández de Cossío, Director General de la Dirección
de EE.UU del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, valoró que esta Ley
en su conjunto se erige hoy como el instrumento fundamental para el gobierno de
la Casa Blanca, y constituye el principal obstáculo que impide una relación
normal entre los dos países, por tanto: «el actuar nuestro será borrar de la
faz de la tierra ese engendro injerencista que desde 1996 se viene aplicando en
casi su totalidad».
Aclaró que el capítulo 2° no podrá ejecutarse porque para ello deberá ocurrir
el derrocamiento de la Revolución. El acápite trata de cómo sería un período de
transición con un administrador títere nombrado por ellos, quien tendría que
ejecutar los mandatos de Washington por un período indeterminado hasta que
ellos lo consideren pertinente. Incluso en esa etapa continuará aplicándose el
genocida bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto hace casi 60 años
y deberá establecerse la libre difusión de radio y TV Martí.
«La ley Helms Burton constituye la visión más clara, diáfana y real de cuál sería
el destino del país si se realizara una concesión por parte del gobierno
cubano», señaló el funcionario cubano y aseguró que no existe otra base
jurídica redactada por el país del norte hacia otro gobierno que consideren
enemigo, de ahí su complejidad para limitar el espacio de actuación del
presidente para vetar la aplicación de la Helms-Burton.
Acentuó que se trata de un proyecto jurídico integral y completo con la única
pretensión de convertir a Cuba en una dependencia colonial de ese gobierno, que
hoy tiene una hegemonía tecnológica y la capacidad de manipular a los medios de
comunicación para imponer sus mensajes y mentiras en todo mundo. Además,
constituye la amenaza real para cualquier país independiente porque posee bases
militares en más de 180 territorios con posibilidades de generar una guerra a
cualquier escala.
Hizo referencia a cómo la Ley Helms-Burton busca internacionalizar y fortalecer
el bloqueo, en la aspiración de lograr que terceros países se incorporen a
sancionar a Cuba y causar daños al pueblo, en tanto se maneja un control muy
estricto por parte del Congreso estadounidense para conocer aquellas naciones
que no cumplen con sus mandatos para con el bloqueo.
También la Helms-Burton dispone que el gobierno de Estados Unidos disponga de
recursos financieros para pagar una subversión interna en Cuba como una
obligación, y en su capítulo tercero pretende sancionar a aquellos
inversionistas que osaron instalarse en supuestas propiedades nacionalizadas al
triunfo de la Revolución y sean reclamadas en tribunales estadounidenses.
Explicó que ese capítulo tercero está activo, sólo que el presidente de Estados
Unidos tiene la prerrogativa de aplazar el cumplimiento de las demandas
realizadas en los tribunales estadounidenses y que dictaminarán acerca de la
compensación por tres veces el valor de una propiedad nacionalizada por la
Revolución.
Esto afecta a inversionistas de terceros países y trata de atemorizarlos para
que puedan existir demoras en las negociaciones o desestimularlas, conociendo
que las economías hoy están muy interrelacionadas y no es posible sobrevivir
sin el intercambio entre las diferentes naciones. La administración de Donald
Trump suspendió primero por sólo 45 días este apartado, luego por otros 15 días
y el próximo día 17 podrá saberse qué ocurrirá, precisó Fernández de Cossio.
El fundamento para establecer la Ley en 1996 descansa en un conjunto de
mentiras, como que Cuba constituye una amenaza para la seguridad de Estados
Unidos y que las nacionalizaciones llevadas a cabo al triunfo de la Revolución,
fueron ilegales e ilegítimas, algo explicado constantemente por la dirección
del gobierno revolucionario, amparado incluso en la Constitución de 1940 y a
solicitud del propio pueblo. A ello se agrega que se quiere culpar a Cuba del
fracaso obtenido con la implementación de un golpe de estado en la República
Bolivariana de Venezuela.
«El tema de la compensación de propiedades no es una nobleza o una intención de
bondad hacia ciudadanos estadounidenses. En el fondo es una forma oportunista
de poner obstáculos en las relaciones con otros países y de tener la forma de
tratar de buscar que nuestro país se someta el yugo de Estados Unidos. En
el contexto actual parte de los argumentos utilizados están promovidos por
personajes que entraron en la administración de Trump como Mike Pompeo y Marcos
Rubio, entre otros», sentenció Fernández de Cossio.
Los diputados de la Comisión de Asuntos Internacionales se pronunciaron por
buscar estrategias comunicacionales para explicar a nuestro pueblo y a los
diferentes sectores de la sociedad civil norteamericana y del mundo, la verdad
en este tema. Así como introducirlo en las escuelas cubanas para que sea
comprendido por niños y jóvenes.
La Ley Helms-Burton busca internacionalizar y fortalecer el bloqueo contra Cuba
«La ley Helms Burton constituye la visión más clara, diáfana y real de cuál sería el destino del país si se realizara una concesión por parte del gobierno cubano», señaló Carlos Fernández de Cossío, Director General de la Dirección de EE.UU del Minrex
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