Aunque la producción cañero-azucarera define la razón de ser de uno de los principales sectores de la economía espirituana, el autoabastecimiento alimentario de los trabajadores ha escalado protagonismo y las producciones agropecuarias en las unidades y áreas estatales devienen una especie de zafra de la comida extendida a todos los meses del año.
Todavía se recuerda aquella casi total cobertura de alimentos que en tiempos de contienda y en décadas anteriores asumía el Estado, protección que perdió alcance al compás de la crisis económica; en la actualidad Azcuba destina terrenos, fuerzas y medios para cubrir parte de esa demanda, a la vez que hace entregas a la economía en renglones como la leche y carne vacunas.
Para una rama que sobrepasa los 9 700 trabajadores, de ellos más de 3 600 ocupados en entidades estatales, la producción agropecuaria hace rato dejó de ser una actividad secundaria y acapara total atención, porque no se trata solo de respaldar los más de 100 comedores abiertos el año entero, también quedó entrelazada con el autoabastecimiento alimentario en comunidades de los municipios de Fomento, Taguasco y Jatibonico. En este último, menos el poblado cabecera y Arroyo Blanco, el sector responde por la demanda del resto de los asentamientos rurales.
SUBIR LOS RENDIMIENTOS
Anualmente, a través del Ministerio de Economía y Planificación, el Estado da un balance de comida en reglones como los granos, cárnicos, huevos y pastas alimenticias, fundamentalmente para la parte estatal, que incluye los centrales, las empresas, centros de recepción de caña y pelotones de preparación de tierra de la nueva tecnología, entre otras dependencias administrativas, detalló René Mora Gutiérrez, especialista principal de la actividad agropecuaria en la rama Azcuba en Sancti Spíritus.
Las unidades productoras son menos dependientes de las entregas estatales, de ahí que en la provincia se explotan 78 lotes cañeros que producen también viandas, hortalizas, granos, frutales, cerdos, ovinos y aves, renglones que, además de satisfacer la demanda interna, llegan a los comedores estatales, explicó René Mora.
“Con lo que nos da el Estado, más lo que Azcuba produce, excepto en surtidos como los cárnicos y un nivel de grasa, prácticamente cubrimos las necesidades, pero no podemos decir que el año próximo tendremos autonomía de producirlo todo, en un futuro con el trabajo que despliega la provincia y la creación de los polos productivos Sancti Spíritus debe reducir mucho más esa dependencia de asignaciones estatales”, expresó el especialista.
En el sistema Azcuba, en sentido general hay una respuesta en la producción de alimentos, precisó la fuente y añadió: “Debemos mejorar en los rendimientos agrícolas, no es que sean bajos, son propios de áreas de secano, más del 90 por ciento de los terrenos dedicados a estas siembras carece de riego, pero hay reservas en la labor de agrotecnia”.
EL POLO DE JOBO 5
En pedregosos y ondulados terrenos que formaron parte de lo que en la zona se conoce como el Plan Malanga, después ocupados durante décadas por cañaverales que demandaban la intervención de macheteros para la cosecha, se asienta el mayor polo productivo del sector en la provincia, una apuesta agrícola emergida en los últimos meses con prioridad inmediata para el frijol y las viandas.
“Ese polo lo hizo Azcuba, eran tierras con marabú, se ha trabajado con intensidad y contamos allí con 115 hectáreas, pero enfrentamos un problema, nos responsabilizaron con el autoabastecimiento alimentario de más de 11 000 habitantes de Jatibonico y no tenemos una asignación de recursos para mantener la explotación de esa área destinada también a producir para el pueblo”, subrayó Ideglis Meneses Ruiz, directora Agropecuaria en el Uruguay.
Sin desentenderse del cultivo principal, la caña, las 22 unidades productoras de este central pactaron un serio compromiso con la producción de alimentos y, además de garantizar la comida de los trabajadores, tienen en sus manos el autoabastecimiento de la comunidad enclavada en la zona, así como el compromiso de entregar granos, hortalizas y viandas para los 29 comedores estatales en ese territorio.
El lote potenciado El Colorado, de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Argelio Calderón, es un vivo ejemplo de la reserva productiva que concentra esa estructura, porque no solo es el eslabón más cercano al cañaveral, sino que constituye también una fórmula ideal para la producción agropecuaria.
“Tenemos 460 hectáreas de caña y 32 dedicadas a producir alimentos, trabajamos por la mañana en el cañaveral y por la tarde en los cultivos varios, pero lo primero que hay en este lote es sentido de pertenencia de todos los obreros, lo otro es deseo de trabajar, exigencia y control”, explicó Pedro Luis Cruz (Mandarria), jefe del lote.
Raudel Rodríguez Quesada, obrero agrícola de la UBPC, es categórico en sus palabras: “Trabajamos duro en la caña y en los otros cultivos, te puedo asegurar que la alimentación está bien; además, depende de nosotros mismos y por eso la producimos”.
La produccion agropecuaria como es de vital importancia para la economía de nuestro pais.
Es un serio compromiso la producción de alimentos y, además de garantizar la comida de los trabajadores.
La atencion al hombre es fundamental ,para una mayor produccion
gracias a esos azucareros que se desdoblan en otras tareas
Gran ejemplo de compromiso con el pueblo
MUY BIEN , el trabajo hace que se cumplan nuestras metas